La cultura democrática de nuestro país se ha construido sobre el principio de la desconfianza, uno de los principales factores por los que llevar a cabo elecciones en México es tan caro y complejo.
Pero ese mismo principio ha provocado que los procedimientos y mecanismos electorales sean tan minuciosos, que han dotado de enorme confiabilidad y certidumbre la organización de elecciones, lo que le ha ganado al Instituto Nacional Electoral —y al otrora IFE— ser un referente a nivel internacional, al grado de que ha colaborado en el diseño de los sistemas electorales de otras naciones y, constantemente, es consultado para exponer la forma en que lleva a cabo sus procedimientos.
Llegar a la forma que actualmente tiene nuestra autoridad electoral, ha tomado décadas de interminables debates y del esfuerzo de muchas personas que han dedicado su vida, primero, a construir una institución confiable encargada de dotar de certeza y confiabilidad la organización de elecciones en nuestro país y, segundo, de perfeccionar su funcionamiento cada que nuevos retos o circunstancias no previstas lo han ameritado.
Las grandes reformas en materia electoral de México han sucedido inmediatamente después de ciertas elecciones presidenciales que, en su momento, pusieron de manifiesto fallas o vacíos legales que resultaba imperativo enmendar. Esas modificaciones han contribuido a generar procedimientos y procesos más robustos, aunque, en ocasiones, también más complejos y difíciles de operar.
Hoy está sobre la mesa la discusión de una iniciativa de Reforma Electoral muy riesgosa, pues, contrario a las que han antecedido, propone aspectos completamente regresivos y centralizadores que tiempo atrás fueron enmendados y superados, por ejemplo, eliminar el Instituto Nacional Electoral —INE— y crear el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, lo cual centralizaría los procesos electorales porque también se eliminarían los Organismos Públicos Locales —OPLES—. Reducir de 11 a 7 los consejeros electorales y que estos sean elegidos por voto popular directo, actualmente, los escoge la Cámara de Diputados. Disminuir el financiamiento público a los partidos políticos, para que solo reciban en épocas de campaña y para el gasto corriente —del día a día— necesitarían aportaciones de su militancia o donaciones. Menos legisladores, ahora sólo habría 300 diputados y 96 senadores a diferencia que hoy existen 500 diputados y 128 senadores, además, ya no se podrá votar a legisladores de forma directa sino en un formato de lista parecido a cómo se escogen los plurinominales. Entre otras.
Adicionalmente, se pretende que surta efectos para la elección de 2024, lo cual no daría ningún margen de maniobra de ponerla a prueba antes de la elección presidencial, pues más que una reforma necesaria, tiene la apariencia de una reforma a modo para el presidente y su gobierno.
Estamos en medio de una gran disputa en la que cualquier error, por pequeño que sea, entra en los terrenos de la sobredimensión. Son de nuevo los términos de todo o nada. Pensar distinto es construir democracia y pluralidad. Si seguimos bajo la premisa de que todo es culpa del pasado se omite la autocrítica y de alguna manera se evita la evaluación de estos cuatro años que ya son parte de nuestra historia y de la responsabilidad del presidente y su proyecto.
Si al final se quiere usar a la encuesta como una prueba de la necesidad de cambiar al INE, cualquier problema que surja o vaya a surgir en el instituto, por pequeño que sea, será suficiente para desacreditarlo y aventarle la maquinaria.
No cabe duda de que varios procedimientos del INE pueden mejorarse. Pero su operación, en gran medida, funciona bien. La propuesta de reforma que se discute, mina el actual funcionamiento del instituto y, por ende, atenta directamente contra la historia democrática de este país, nada menos que eso.
La Reforma Electoral debiera ser parte de un debate de alta política, de una genuina convicción de entendimientos en la búsqueda de mejores condiciones democráticas para el país, el problema es que estamos trabados.
El hecho de que el doctor José Woldenberg sea orador único en la marcha dominical en defensa del INE, supone un cambio cualitativo en la naturaleza del evento. La voz de Woldenberg es la más autorizada en la materia. Es un hombre de acción y de pensamiento que es, en la actualidad, uno de los académicos más distinguidos de la UNAM. Fue presidente consejero del IFE en el momento crucial de la transición democrática del 2000, de modo que sabe de lo que habla. Es un personaje apartidista, lo que sin duda lo fortalece. La marcha del domingo en defensa del INE, ya es otra.
Por otro lado, desde Palacio Nacional, ya se preparan a consejeros sustitutos del INE. El gobierno federal va muy adelante de la oposición, lo hemos dicho desde hace tiempo. Lo primero es sacar en 2023 el triunfo en el Estado de México con Delfina Gómez —luego se verá si se le sustituye con Horacio Duarte— y en Coahuila con Ricardo Mejía. Lo segundo es posicionar al aspirante rumbo a la contienda presidencial del 2024, donde Palacio Nacional impulsa a Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Marcelo Ebrard. Lo tercero es debilitar a todos los órganos electorales, desde el INE hasta la eliminación de los OPLES y el debilitamiento del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación —TEPJF—. Todo ha entrado a curso acelerado esta última semana: el gobierno en compra de votos por presión o pago, y la oposición en lucha para evitar el avance de la Reforma Electoral.
El coordinador del Grupo Parlamentario de MORENA y presidente de la Junta de Coordinación Política en San Lázaro, Ignacio Mier, desde hace días deslizó el propósito de sus diputados de imponer su mayoría para designar consejeros electorales. Ya tienen varios prospectos y aquí damos uno: Mario Rafael Llergo Latournerie, diputado federal tabasqueño y a quien desde ahora perfilan como el próximo presidente del sucedáneo del INE. Es incondicional de López Obrador —por algo lo perfila desde ahora—, cercano a Adán Augusto López —por algo lo apoya— y experto en derecho. Lo último es fundamental porque a juicio de Palacio Nacional elimina desde ahora cualquier sospecha de improvisación o incondicionalidad al poder.
Estas proyecciones, imposiciones calculadas para asegurar obediencia en 2024, superan con mucho en tiempo a una oposición pasmada desde su derrota en 2018. Hoy PAN, PRI, PRD y MC analizan la Reforma Electoral —en realidad reforma política porque cambia todo el panorama de gobierno— mientras el obradorismo va muy adelante. Ya está en la conformación del Instituto Nacional de Elecciones y Consultas con el cual pretende anular la autonomía del árbitro electoral. Es cierto.
Los partidos aliados no aguantan la presión. Al gobierno de López Obrador le urge asegurar el respaldo de ellos, pero no les conviene porque perderían prerrogativas y tal vez hasta el registro en futuras elecciones. Es un tema central para Ignacio Mier porque debe llevar cuentas directas y pronto, a la oficina presidencial de Palacio Nacional.
El primero en el esquema es el Partido Verde de México —PVEM— de Carlos Puente y el segundo es el Partido del Trabajo —PT— de Alberto Anaya, incondicionales del régimen, pero no cuando se trata de perder recursos. Sin su respaldo, es muy difícil intentar sumar a opositores como el priista Rubén Moreira, el panista Jorge Romero o el perredista Luis Cházaro. Estos están en segundo término y esa indefinición puede llevar hasta diciembre o, en caso extremo, hasta el primer período ordinario de sesiones del 2023.
El presupuesto del INE está siendo un instrumento para victimizar al órgano autónomo y demonizar a los diputados federales porque “El INE no se toca”, como claman sus defensores acríticos. Sin embargo, al INE le reducen realmente 450 millones y no 4 mil 475 millones como se ha difundido de manera generalizada.
Aparentemente el presupuesto solicitado por el INE se redujo en 4 mil 475 millones, al pasar de 24 mil 696 millones en números redondos a 20 mil 221 millones, pero la reducción efectiva es mucho menor, veamos.
Las cifras del presupuesto aprobado en San Lázaro —incluyendo el financiamiento público para los partidos políticos— fue el siguiente: presupuesto propio del INE $14,437,935,663 y financiamiento a partidos $6,233,510,798 (presupuesto aprobado $20,671,446,461).
¿De dónde surgen los 4 mil 475 millones “recortados”? Surgen del fondeo de hechos futuros de incierta realización: un presupuesto precautorio, por $4,025,422,288 para el caso de que se realizara una Consulta Popular durante el ejercicio 2023.
De acuerdo con el Dictamen de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, la reducción de 450 millones obedece a que el INE continúa sin disminuir voluntariamente sus propuestas presupuestales en comparación con otros Organismos Constitucionales Autónomos. En contraste, otros organismos autónomos sí se han ajustado a esos criterios y el Dictamen cita ejemplos de reducciones entre 2018 y 2022: COFECE, 15.6%; CNDH, 28.3%; FGR, 6.3%; IFT, 33.9%; INAI, 24.2% y CONEVAL, 6.3%. ¿Se justifica un presupuesto operativo de casi 14 mil millones de pesos —después de la reducción— para un órgano electoral nacional en un año en que no hay elección federal y solo dos estatales?
Sube de tono la confrontación entre el Movimiento Ciudadano —MC— y el PRI. Más precisamente, con la actual cúpula del PRI, Alito—Moreira, que está enfrascada en un operativo para salvar el pellejo y el patrimonio.
Si al interior de MORENA las batallas fratricidas pronto darán lugar a las primeras rupturas, en la oposición no encuentran el camino ni siquiera para sentarse a dialogar sin tirarse patadas debajo de la mesa. No hay manera de adelantar lo que viene. Mientras no haya cambios en la dirigencia del PRI las suspicacias impedirán cualquier arreglo.
De hecho, incluso al interior del propio partido tricolor hay serias fisuras, como en los casos del Estado de México y Coahuila, donde los gobernadores están tomando las decisiones políticas como si la dirigencia nacional estuviera pintada. A este paso, el tándem tricolor será el principal activo de MORENA para las elecciones 2023 y 2024.
La racha de feminicidios en el centro del país es escalofriante e inadmisible, sobre todo porque la situación de alarma ante la evidente vulnerabilidad de las mujeres, es usada por políticos para tratar de salir del atolladero. Ahí está el caso del gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, que lejos de anunciar el reforzamiento de acciones preventivas para evitar que Morelos se convierta en tiradero de cuerpos, se monta al caso para tratar de librarse del fiscal Uriel Carmona que es como una piedra afilada en el zapato.
A pesar de que ha sostenido durante años un pleito con el gobernador Cuauhtémoc Blanco, el golpe que puede terminar con su carrera viene de la CDMX, del Palacio del Ayuntamiento para ser exactos.
Carmona está a la mitad del pleito entre Cuauhtémoc Blanco y Graco Ramírez, y Blanco supone que desde la capital del país le ayudarán a librarse de él para poner esa posición a uno de sus cuates.
Uriel Carmona, después su desplante al revictimizar a Ariadna Fernanda, quedó en la mira de la jefa de Gobierno de la CDMX que, hay que decirlo, está en otra liga, una en la que las bravuconadas de Uriel no intimidan.
El otro fiscal de la entidad, de la anticorrupción, tuvo que arrancar una investigación para esclarecer la torpeza de los peritos bajo al mando de Carmona. También la Fiscalía General de la República abrió su propia carpeta de investigación. Si se confirma que Uriel Carmona tiene un vínculo con el presunto feminicida, está frito.
Nos cuentan que en MORENA no todos desconfían del INE como el presidente López Obrador y los llamados duros que quieren su virtual desaparición. El senador Armando Guadiana, quien aspira a la candidatura de ese partido al gobierno de Coahuila y en disputa con el favorito de Palacio Nacional, el aún subsecretario de Seguridad Pública Federal, Ricardo Mejía Berdeja, pidió piso parejo en la contienda interna y sobre todo que cualquier encuesta para definir al ganador no sea al estilo Mario Delgado, es decir, que sea levantada por una empresa avalada, certificada por el INE.
Es un hecho que Coahuila está en la mira del presidente López Obrador y que desde la Cuarta Transformación apostarán fuerte para tratar de arrebatar el último bastión priista del norte del país. Si bien el Estado de México resulta más atractivo y estratégico para Palacio Nacional, el presidente se ha metido personalmente a operar la designación del candidato de MORENA en Coahuila, al mandar a Ricardo Mejía Berdeja, como su candidato a la gubernatura coahuilense.
Ricardo Mejía Berdeja, que ya se inscribió como aspirante a la gubernatura, que se elegirá a través de una encuesta y bajo la figura de “Coordinador Estatal de Defensa de la Cuarta Transformación”, lleva no sólo la bendición y los elogios públicos que le dedicó López Obrador en su mañanera, sino también el apoyo de la dupla política que han formado el secretario de Gobernación, Adán Augusto López y la secretaria de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez.
Nos comentan que mientras se acaban de acomodar los amarres en MORENA rumbo a la elección de gobernador de Coahuila, es la titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la regiomontana Clara Luz Flores, quien de manera discreta se alista ya para sustituir al subsecretario de Seguridad Pública Federal, Ricardo Mejía Berdeja, cuya salida para convertirse en candidato a la gubernatura coahuilense, nos aseguran, es cuestión de días. Así, dos mujeres, la secretaria de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, y la excandidata morenista a la gubernatura de Nuevo León, la mencionada Clara Luz, encabezarán la estrategia de seguridad del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador en sus últimos dos años.
Esta semana, MORENA dio a conocer los nombres de las y los compañeros que se registraron como aspirantes a coordinar los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación —4T— en Coahuila. La lista de los 12 aspirantes, en donde resalta que solo se encuentra solo una mujer y el resto son hombres, entre ellos el subsecretario de Seguridad Pública Federal, Ricardo Mejía Berdeja; el senador Armando Guadiana Tijerina, y el expanista Luis Fernando Salazar Fernández. A este último, he de decirle que toda la semana han estado marcando al número local haciendo encuestas telefónicas —con una grabación— con una sola pregunta. Sin ningún control, ni nada, que ganas de perder el tiempo.
Otro dato que nadie le ha señalado al senador Armando Guadiana, ¿cómo es posible que aspire a ser el defensor de la 4T en Coahuila, cuando no coincide con el padre de la 4T, ósea el presidente López Obrador? Le levanta la mano a Xóchitl Gálvez —detractora de la 4T— y se apoya de Ricardo Monreal, quien ha externado sus diferencias con el padre de la 4T. ¿Así como?
Como puede ser posible que el senador Armando Guadiana aspire representar a la 4T en Coahuila, cuando reconoce al INE como una institución “eficiente” mientras escondieron una encuesta a los legisladores y medios de comunicación porque no les convenían los resultados. No hay congruencia ni criterio del senador Guadiana con la 4T; así sea el más popular del mundo, no reúne el perfil para defender a la 4T porque solo ocasionalmente coincide con ella.
A estas alturas de la sucesión de Coahuila, ya tendría el proceso ganado MORENA, si el TEPJF no le hubiera negado a Luis Fernando Salazar el registro a alcaldía de Torreón, al considerar que no atendió los requerimientos que se le hicieron con motivo de la fiscalización de su precampaña. Y por obvias razones perdió la Presidencia Municipal de Torreón de 2021.
Las condiciones políticas y desventaja en que se encuentra MORENA —hay que decirlo con todas sus letras— son culpa de Luis Fernando Salazar, ¿cómo pretende aspirar a ser el defensor de la 4T en Coahuila?
Las campañas políticas —hoy— son concursos de popularidad y nadie pone atención a la oferta política, la capacidad de representación y gestión de quien aspira ser candidato. Los tiempos electorales son para dar a conocer una propuesta o un proyecto por parte de los partidos políticos. La política como juego de lodo y no de ideas. Y la oferta política ¿dónde quedó?
Desde el Comité Municipal del PRI en Torreón, nos comentaron que el 1er Informe del diputado federal Antonio Gutiérrez Jardón fue un total fracaso. Hubo mala lectura —ni que decir la ausencia de logros—, en general, la edición del video y producción fue vergonzosa, con decirles que no lo acompaño ni su esposa. Las malas lenguas, nos aseguran, que el responsable tiene nombre y apellido: Rogelio Diaz de León. Uf.
Otro dato que nos comentan del informe es que estuvo lleno de acarreados y quien se llevó el aplausometro de la noche fue el regidor Felipe González Miranda, incluso, superando con amplia diferencia a Manolo Jiménez Salinas. Hay quienes sugieren bajar dos rayitas al protagonismo. ¡Ojo!
En cuanto a Román Alberto Cepeda ni al caso mencionarlo, para lo único que sirvió su presencia, fue para hacer lo que mejor le sale: enredarse solo. Y a propósito, mientras el gobernador Miguel Riquelme dice con la frente en alto a los coahuilenses “de la seguridad me encargo yo”; el alcalde de Torreón, dice que la seguridad es “de la puerta pa’ fuera”. Carece de claridad por decirlo lo menos.
El secretario de inclusión y desarrollo social, Manolo Jiménez Salinas, quien es el precandidato del gobernador Miguel Riquelme a la gubernatura de Coahuila, debe poner especial atención a lo que sucede en Torreón si es que pretende ganar en 2023. Pues mientras se promociona con el programa estatal denominado “Mejora Coahuila”, aquí en Torreón, parece remarse contracorriente con los programas sociales de agua y leche en colonias y ejidos promocionando a Román Alberto Cepeda. Y, por si fuera poco, el padre Manolo Jiménez —del mismo nombre— pretende crear una asociación denominada “Ciudadanos por Coahuila” ante el fracaso de la campaña “yó—si.org” que organizan las cámaras empresariales a través del presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana —Coparmex— en la delegación Laguna, Jorge Reyes Casas, quien es solamente un títere mal asesorado por un tal “gurú”.
Desde la capital del melón y la sandía, nos informaron que el profesor Samuel Rodríguez —líder estatal cenopista— realizo cambio en la dirigencia municipal de la CNOP, le dio la bienvenida —con palmadas sonoras al puro estilo Echeverria— al director de Obras Públicas José Ayup Baker mejor conocido como “Pepín”, obvio, por encargo del alcalde Miguel Ángel Ramírez López “El Charro”, quien busca posicionarlo como próximo alcalde de Matamoros.
Nos comentan que causo gran sorpresa el anuncio que el profesor Samuel Rodríguez hizo de su gran amigo Alfredo Vázquez Rocha, a quien menciono que próximamente se suma a los trabajos de la CNOP, el rumor es que se integra de lleno como Secretario General Adjunto de la organización más importante del PRI de Coahuila. Uf.
Nos detallan que la Fundación Colosio, filial Matamoros, esta propuesta para el regidor Genaro Hernández Jiménez, quien es cuñado del alcalde Miguel Ángel Ramírez López “El Charro”. Todo en familia.
Por otra parte, nos hacen ver que el diputado local Raúl Onofre Contreras trae un pique muy personal con el alcalde Miguel Ángel Ramírez López “El Charro”, tanto que tuvo que suspender la entrega de la tarjeta “La Poderosa de la Salud”, nos dicen, que ahora será entregada únicamente por la estructura de Raúl Onofre. Ahí el dato.
En la grilla lagunera nos comentan que Raúl Onofre sentenció que no dejará la diputación en manos de ningún otro grupo político de Matamoros y anexas. Que, si el PRI decide que sea mujer ira su esposa la maestra Graciela Fernández de Onofre, y que si es hombre lanzará a su hijo Donaldo Onofre.
Sin duda, eso abre la posibilidad para que Alfredo Vázquez Rocha levante la mano en esta ocasión para convertirse en candidato a diputado local por el 7° Distrito. Nos informan que recientemente ha estado en plática privada con el gobernador Miguel Riquelme y con Manolo Jiménez. Recordemos que en el proceso electoral del 2017 perdió la diputación por menos de mil votos: 32 mil votos es su marca.
El horno no está para bollos en Matamoros, los bonos del alcalde van en picada, nos detallan que ni el Comisariado Ejidal del Ejido Solís hizo el intento por invitarlo al aniversario, o de plano ya le sacan la vuelta. Y que en ese mismo evento la regidora Palmira Rodríguez García se le descoció la boca con palabras venenosas en contra de su líder Leonel Contreras, no lo baja de flojo y oportunista por decir lo menos.
Nos leemos en la próxima… ¡No olvides compartirla!