La situación de la gran mayoría de las universidades públicas y privadas en México es precaria en muchos sentidos, mencionaremos algunos, no intento agotarlos no es posible ni tampoco los que enlisto sean los más importantes y si pueden ser los más comunes: presupuesto insuficiente; raquítica investigación; gran porcentaje de docentes sin aptitud y sin los grados académicos pertinentes; planes y programas de las especialidades sin sustento en la realidad y la actualidad; mínima vinculación con la comunidad; escasa bibliografía adecuada a la realidad mexicana; dominadas por ideologías en la mayoría de sus actividades académicas, nulo o escaso respeto por la tradición, cultura y los valores de los mexicanos, etc.
Las comunidades humanas siempre han tenido la necesidad de comunicar sus experiencias, conocimientos, sus virtudes y valores a las nuevas generaciones pues de ello depende conservar su identidad y la supervivencia de la etnia, y es esa tarea bien cumplida la que distinguía a los pueblos en civilizados y barbaros, los primeros eran; cultos, refinados, prósperos y creadores de grandes obras de arte, de oficios, de artefactos y de ciencia, los otros son pueblos atrasados.
En nuestro país se estableció La Real y Pontificia Universidad de México, universidad del virreinato de la Nueva España creada por real cédula del emperador Carlos V, firmada en su nombre por el príncipe Felipe, en la ciudad de Toro (Zamora) el 21 de septiembre de 1551 e inaugurada el 25 de enero de 1553 y lo mismo sucedió en otros reinos de Sudamérica con otras universidades.
La universidad para ser autentica universidad debe ser la institución de estudiantes y profesores que por la investigación y la docencia se ordena a la contemplación de la verdad, a la unidad orgánica del conocimiento, al cumplimiento de las vocaciones personales y a la preparación y formación de profesionales necesarios para la realización del bien común..
En nuestros tiempos son muy pocas las instituciones que son dignas de llamarse universidad, porque la mayoría está sometida a controles e intereses ajenos a los fines de la universidad y su quehacer cotidiano sometido a ideologías y falsos postulados con errores y mentiras que atenta contra la verdad y las virtudes.
Las instituciones que indebidamente se autonombran universidad sometidas o vinculadas con grupos nacionales e internacionales con intereses contrarios al respeto de la dignidad humana y al bien común, expulsaron de su actividad investigadora, de docencia y cultural al sentido común, a la lógica, a la moral, a la antropología y a la filosofía.
Ahora los planes y programas de estudio de esas instituciones (pluriversidad) están sometidos a corrientes seudocientíficas como son el nominalismo; el idealismo; el racionalismo; el voluntarismo; el relativismo; el inmanentismo; el fenomenismo y el empirismo, que juntas y por separado niegan la capacidad intelectual del ser humano de conocer la verdad y la esencia de las cosas.
Debido a esa manipulación de la labor educativa en esos establecimientos son muy pocas las instituciones que hablan de los primeros principios como; De la no contradicción; De identidad, de causalidad, De finalidad, y mucho menos de las virtudes que actualizan y perfeccionan la naturaleza humana como son: la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza, entre otras.
El suicidio de las universidades mexicanas es perjudicial y dañino para los mexicanos pues fomenta el desorden, la deshonestidad, el egoísmo, el individualismo, la demagogia y la mediocridad convirtiendo a los mexicanos en animales ávidos de consumo, placer, dinero y poder. El drama es que nada bueno puede esperar el pueblo mexicano de los estudiantes mal formados que egresan de esos establecimientos que otorgan títulos y certificados a cambio de dinero. Usted lector dice la última palabra.