Después del apabullante triunfo de Morena en 2018, la oposición quedó tan fracturada que por meses caminaron juntos en una alianza que prometía —cuando menos— la continuidad del PRI, PAN y PRD. Hasta hace unos años era imposible imaginar siquiera a estos partidos en una coalición tan estrecha como la que fueron obligados a pactar, las circunstancias lo ameritaban. En septiembre, esa unión se diluyó después de que “Alito” Moreno, el dirigente nacional del PRI, hiciera eco de la reforma sobre la permanencia de las Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública, lo que los llevó a una ruptura. Lejos de solución se ve distanciamiento. Peligroso para todos, porque sin este vínculo que extrañamente los estrecha difícilmente podrán sobrevivir. De ganar ni se diga. Unirse o morir: eses es el dilema.
Por primera vez desde que suspendieron la alianza “Va por México”, el presidente nacional del PAN, Marko Cortés, emplazo al PRI como la puerta al retroceso democrático del país, porque lo definió como “el partido endeble de la oposición”, al que Morena “amenaza y dobla” para destruir a las instituciones democráticas del país. Y para confirmar el distanciamiento, Marko Cortés resaltó que “el partido endeble de la oposición nuevamente estará a prueba, pero hagan lo que ellos hagan, México seguirá contando con la congruencia y firmeza de Acción Nacional, nosotros sin titubeos actuaremos en defensa de la democracia, porque es nuestra convicción”.
Desde el Palacio Nacional buscan limpiar el camino de obstáculos políticos de cara al 2024: el objetivo siguiente de la Cuarta Transformación es dinamitar a Movimiento Ciudadano.
El secretario de Gobernación, Adán Augusto López, intensificó los embates contra algunos líderes de ese partido la semana que terminó e irá por más. Empezó con la confrontación directa con Enrique Alfaro Ramírez, gobernador de Jalisco, y Samuel García Sepúlveda, gobernador de Nuevo León, ambos nombres que suenan como posibles candidatos del partido naranja rumbo a la Presidencia de la República.
Movimiento Ciudadano tiene la confianza de siete millones de votantes, gobierna los dos estados más importantes después de la Ciudad de México, tiene municipios metropolitanos y se puede o no estar de acuerdo con el dirigente principal, Dante Delgado, pero es el único de la vieja guardia que entendió la crisis de la partidocracia antes que nadie, y puso en marcha la transformación del partido a un movimiento sobre el que se esfuerza con un proyecto para que no se le relacione como instituto político.
La operación para destruir adversarios y el plan de reparto de recursos con fines electorales acercan cada vez más a Adán Augusto a la candidatura.
Ah, pero se están olvidando de las “candidaturas independientes”, figura que permitiría competir a personajes que no resulten favorecidos con la postulación de su partido; previa renuncia a la militancia correspondiente. El senador Ricardo Monreal Ávila podría ser uno de ellos.
Porque si bien el presidente de la República y jefe político de Morena, Andrés Manuel López Obrador, ya lo incluyó en la lista de “corcholatas” del partido guinda, una cosa es la mención y otra, es la postulación; empezando por incluirlo de manera formal en el proceso interno llegado el momento procesal.
En los partidos PT y PVEM nadie ha levantado la mano abiertamente, quizá porque planeen seguir en la línea de Morena; a su costa ambos aliados por lo menos pueden obtener numerosos cargos de elección popular como ocurrió en los comicios concurrentes de 2018, que solos jamás hubiesen conseguido.
Pero como en política nada está escrito, nadie asegura que ambos partidos continúen aliados con Morena; algún desacuerdo relevante podría provocar el rompimiento con López Obrador. Y si ello sucede, hasta Manuel Velasco Coello alzaría la mano para la sucesión presidencial. Suena descabellado. Sin embargo, en política todo puede suceder.
En el PAN puede haber descontento interno, pero quién sabe si alguna “corcholata” azul planee renunciar a la militancia para apuntarse como independiente. Ya vieron el ejemplo de la malograda experiencia de Margarita Zavala de Calderón, quien finalmente aceptó nuevamente la postulación panista a diputada federal en las elecciones 2021.
Y es que, conforme a la normatividad vigente, las candidaturas independientes compiten en condiciones francamente inequitativas respecto de los partidos políticos. De entrada, el procedimiento para conseguir la postulación por dicha vía, es bastante complejo.
Y el PRD ni “corcholatas” propias tiene como para hablar de desprendimientos. Aunque nunca falta algún valiente.
¿Y en Movimiento Ciudadano? Trae a Luis Donaldo Colosio Riojas, presidente municipal de Monterrey, y a Samuel García Sepúlveda, gobernador de Nuevo León, como prospectos para la candidatura a la Presidencia de la República. Pero ¿qué tal si Luis Donaldo decide lanzarse como independiente?
En el Partido Revolucionario Institucional las “corcholatas” cargan con todo el peso del desprestigio de su partido, que ni por la vía independiente tendrían jalón. Algunas, incluso, desde los cargos públicos y de elección popular que han ejercido, contribuyeron a la debacle priista.
Por supuesto, la candidatura independiente no fue confeccionada para acomodo de desprendimientos partidistas, sino como una opción para la ciudadanía que no se identifica con los partidos políticos.
Sin embargo, las condiciones, las circunstancias, las coyunturas políticas, han convertido a la candidatura independiente en la “opción” de cualquier ciudadano, ciudadana, así sean exmilitantes de partidos políticos; negarles la posibilidad de competir por esta vía sería violatorio de derechos humanos, incluidos sus derechos político—electorales. En fin, falta ver cuántos ciudadanos y ciudadanas, se apuntan por la vía independiente para la sucesión presidencial llegado el momento del proceso electoral.
Si las dirigencias estatales resuelven ir en alianza, la próxima semana servirá para determinar cómo elegir a un candidato único. Se habla de una batería de encuestas que midan no solo el nivel de conocimiento, sino los negativos y las posibilidades de crecer de cada uno.
Al parecer, la priista Alejandra Del Moral y el panista Enrique Vargas están dispuestos a someterse al ejercicio, ya que eso, dicen, aumentaría sus posibilidades de triunfo. Noviembre sería el mes de las encuestas y por lo tanto el nombre definitivo se conocería en los primeros días de diciembre.
Y, por último, habría que tomar cuenta el factor Higinio Martínez Miranda, a quien le prometieron la presidencia del Senado y no le cumplieron, y que ahora estaría dispuesto a vender el enorme poder político que posee a quien le muestre que sí es capaz de cumplir con la palabra empeñada. Ahí el dato.
Con el Paquete Económico del próximo año —Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos— se acaba el sexenio de Andrés Manuel López Obrador porque de su diseño y aplicación dependerá, completamente, la consolidación de los programas sociales y la conclusión, o no, de sus obras emblemáticas.
Esa es la razón por la que el gasto de la Cuarta Transformación, para 2023, se concentra en cinco rubros: Tren Maya, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, el nuevo modelo de salud federal, programas para fortalecer la seguridad pública en todo el territorio nacional y el apoyo a adultos mayores.
La instrucción que giró Andrés Manuel López Obrador a sus operadores políticos está enfocada a esa tarea y les pidió no ceder ni un ápice en propuestas que vayan en sentido contrario, sobre todo en el Presupuesto de Egresos.
Esa fue la razón por la que el pasado 21 de octubre se aprobó, después de más de 9 horas de discusión, el dictamen de la Ley de Ingresos de la Federación en el que se establecen ingresos públicos por 8.3 billones de pesos, con una estimación de crecimiento de 3 por ciento para el PIB, sin contemplar la creación de nuevos impuestos, ni aumentos a los vigentes.
De lo que apruebe el Congreso, dependerá la viabilidad del último tramo del sexenio, porque 2023 es el año de la consolidación y 2024 el de la sucesión.
Las prioridades están claras, como en el caso de la ayuda para los adultos mayores. Se prevé, por ejemplo, que el próximo año exista un incremento de 25 por ciento y otro porcentaje igual para 2024, con el fin de que al cierre del sexenio tengan un incremento de 50 por ciento para pasar a recibir de 4 mil pesos a 6 mil pesos bimestrales.
También, meterán carretadas de dinero para las obras insignia particularmente en el sureste mexicano, cuyos presupuestos sin duda favorecerá a los gobernadores emanados de Morena, como Oaxaca, Quintana Roo, Chiapas y Tabasco.
Todo eso, junto al Paquete Económico 2023, será la base para perfilar la conclusión del sexenio, por lo que los próximos días habrá pocos temas adicionales en la agenda de Palacio Nacional. La prioridad es el dinero para garantizar un buen cierre de la Cuarta Transformación.
Con el arranque del análisis de la Reforma Electoral en la Cámara de Diputados, lo que ha imperado en los pasillos de San Lázaro es la cautela, pues hay una importante cantidad de intereses en juego, nos comentan, más allá del dictamen que se pueda construir y la posibilidad de llevarlo al Pleno.
Quizá uno de los focos más interesantes está en lo que pasa entre las bancadas opositoras a Morena, y es que a pesar de que el dirigente nacional panista, Marko Cortés, habría pedido a sus legisladores mantener distancia prudencial con el PRI, lo cierto es que algunos diputados sí han continuado los diálogos con sus contrapartes del tricolor. Y es que, nos dicen, a pesar de que Marko Cortés ha querido dar por muerta la alianza con el PRI, hay muchos panistas que quieren rescatarla de cara a una posible coalición electoral a nivel nacional, teniendo por descontado que en Coahuila y el Estado de México las dirigencias locales están perfilando los acuerdos.
La tirada está a la vista de todos, solo falta saber si los demás partidos del elenco político mexicano, incluidos el PT y el Partido Verde, permiten que Morena capture al Instituto Nacional Electoral —INE— y conforme al Consejo General con un puñado de Servidores de la Nación con todo y su chaleco guinda.
El INE es hoy por hoy la institución civil mejor valorada por la ciudadanía, con independencia del partido político por el que vote. Es una obra colectiva y patrimonio de todos los ciudadanos.
Más que una eventual Reforma Electoral, al interior del Instituto Nacional Electoral la preocupación principal es la tijera que le pasarán en la próxima discusión del Presupuesto de Egresos de la Federación, cuyo recorte, de confirmarse, pondrá en serios aprietos la organización de los comicios del Estado de México y Coahuila, así como los preparativos de la elección presidencial.
Y hablando de organismos públicos locales electorales —OPLE—, nos comentan que el Instituto Electoral de Coahuila parece estar “dormido en los laureles” y no tiene prisa en promover el voto ciudadano con miras a la elección del 4 de junio del 2023, por lo menos, no hay evidencia.
Recordemos que el proceso electoral 2016—2017 alcanzó una participación ciudadana del 57 por ciento sobre la lista nominal, votaron 1 millón 264 mil 521 coahuilenses; se abstuvieron 937 mil 605 ciudadanos. Y Miguel Riquelme tuvo una ventaja de 30 mil 993 votos sobre José Guillermo Anaya.
Con la definición del PRI en el Estado de México, dejan en las manos del gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís la sucesión tricolor en Coahuila. Se decantará por el líder de las encuestas. Y quien tiene mayor probabilidad de ser elegido es el secretario de Inclusión y Desarrollo Social, Manolo Jiménez Salinas. Y así se resuelve la cuota de género priista, para evitar calamidades electorales como las de Hidalgo y Oaxaca. ¿Será?
No por nada, Manolo Jiménez, intensifico su presencia en barrios y colonias ambientado con la música de la banda “Toro Viejo”, dicen, que puso a bailar a jóvenes y mujeres de los sectores populares de Torreón. Lo acompañó el alcalde Román Alberto Cepeda.
El diputado federal Jericó Abramo Masso, rindió su 1er Informe de Actividades en la recién inaugurada Velaría del Biblioparque Norte, en Saltillo. Demostró su gran capacidad y desempeño como legislador coahuilense, pero, sobre todo, su gran madurez política. Hoy podemos decir que Jericó no sólo está listo, está preparado, para participar en el proceso para elegir el candidato a la gubernatura del tricolor, sus resultados hablan por sí solo. Por algo el secretario de Gobernación lo tiene catalogado como el coahuilense más destacado en San Lázaro.
Tuvo una amplia convocatoria de todas las fuerzas políticas de Coahuila, reunió a la “crema y nata” de la clase política, anote usted: el gobernador Miguel Riquelme, —el secretario de Inclusión y Desarrollo Social— Manolo Jiménez Salinas, —el alcalde de Saltillo— Chema Frausto Siller, —el alcalde de Torreón— Román Alberto Cepeda González, —el alcalde de Arteaga— Ramiro Durán García, el exgobernador Enrique Martínez y Martínez, —el exalcalde de Monclova— Alfredo Paredes López, —el dirigente municipal del PAN— Carlos Orta, —el dirigente estatal del PVEM— José Refugio Sandoval, el ingeniero Jesús María Ramón Aguirre —hijo de Chuy María Ramón Valdés—, la señora María Guadalupe Mandujano Flores —esposa del senador Armando Guadiana—, el líder magisterial Carlos Ariel Moreira Valdés, el líder de la CTM y diputado federal Tereso Medina Ramírez, los diputados federales Jaime Bueno Zertuche y Cristina Amezcua González, entre otros.
El informe de Jericó Abramo Masso tuvo tres momentos importantes que merecen comentarlos: su familia, el reconocimiento público que hizo a su esposa e hijos por el tiempo que invierten en apoyarlo en labores de asistencia social y comunitaria; su aspiración, invitó a Manolo Jiménez, Chema Frausto Siller y Román Alberto Cepeda a que juntos respeten los tiempos y el método para la designación del candidato que en su momento la dirigencia estatal convoque bajo el mando del gobernador; y por último, el mensaje del gobernador Miguel Riquelme, quien, no solamente reconoció los resultados legislativos y el trabajo político que realiza Jericó Abramo a favor del PRI, también, pidió al resto de los aspirantes a “sumarse en unidad” para lograr el triunfo en 2023.
El dirigente nacional del partido Morena, Mario Delgado Carrillo, informó que el próximo 31 de octubre emitirán la convocatoria para elegir al coordinador del Comité de Defensa de la Cuarta Transformación, la antesala de quien será candidato a gobernador en Coahuila.
La maquinaria está a punto. Se prepara para lanzar al subsecretario de Seguridad Pública Federal, a Ricardo Mejia Berdeja, pero hay un problema interno: Armando Guadiana Tijerina. El senador se resiste a quedar fuera de la contienda porque, asegura con base en sus propios datos, encabeza las preferencias para la gubernatura.
En los pasillos de Morena, se comenta que la secretaria general, Citlalli Hernández, le dio una regañiza al zar del carbón Armando Guadiana, por publicar un desplegado en el que acusó al portavoz presidencial de maniobrar contra sus aspiraciones a la candidatura estatal. El movimiento cierra filas en torno a Jesús Ramírez. Así las cosas.
El gobernador de Coahuila, a diferencia de otros gobernadores y exgobernadores priistas, seducidos por el proyecto de la Cuarta Transformación, se vuelve crítico de la actual administración y anuncia sus desacuerdos. Miguel Riquelme, el pasado 18 de octubre, en el evento “Diálogos por México”, se comprometió a trabajar a favor del priismo para que el partido retenga la entidad que actualmente administra, pues dijo que es el compromiso que tiene con el instituto que le permitió llegar al poder local: “A mí me queda perfectamente claro que mi tarea es morir en la raya para entregar Coahuila a un priista”. En Morena, también habrá pasarela a las diputaciones locales, en el caso de los distritos de Torreón, nos comentan que serán en el siguiente orden, tome papel y lápiz, anótele.
En el 8° Distrito, estará ni más ni menos que Luis Fernando Salazar y anuncian llevará de suplente a Miguel Batarse Silva, por aquello que Luis Fernando será el candidato a la presidencia municipal de Torreón en el 2024. A menos que el diputado federal Shamir Fernández se ponga las pilas y le agandalle la estafeta.
En el 9° Distrito, será el pupilo de Armando Guadiana y regidor morenista Cristian Manuel López Chávez mejor conocido como “el brassier”, sí, atino usted bien, el mismo que atropello un camión de ruta con matrícula “Lalo Olmos” en el proceso electoral de 2020. Al parecer se la pondrán en bandeja de plata para que gane el priista Raúl Garza del Valle.
En el 10° Distrito, ira el polémico Antonio Attolini Murra, conocido por ser parte del movimiento “Yo Soy 132” en las elecciones presidencial de 2012, y vocero de la campaña de Andrés Manuel López Obrador en la elección presidencial en 2018. Sí, el mismo que perdió la contienda de diputado federal contra Antonio Gutiérrez Jardón en las elecciones del año pasado.
Y por el 11° Distrito, buscará la reelección de diputado local, Rodolfo Walss Aurioles, se le ha visto trabajando intensamente en las colonias y ejidos del sector oriente. Es un rival muy difícil de confrontar por su capacidad de debate y experiencia en el servicio público y legislativo. Sino pregúntele al encargado del Congreso de Coahuila, Eduardo Olmos Castro, que ha sufrido en carne propia las de Caín. Nos leemos en la próxima… ¡No olvides compartirla!