POR: ABEL ALCALÁ H.
La gran mayoría de los filósofos de todas las épocas reconocen que las personas son libres debido a que gozan de racionalidad y voluntad. Ya que sin estas facultades espirituales de inteligencia y voluntad los seres humanos no serían libres, como es el caso de las bestias.
La libertad le permite al ser humano optar o no entre las alternativas que le presenta la inteligencia a la voluntad; pues la inteligencia conoce y la voluntad quiere. La inteligencia conoce muchas cosas que presenta a la voluntad, pero no todas esas cosas son apetecibles, es decir, no son bienes para la voluntad, porque le son indiferentes.
De tal suerte que los seres humanos se la pasan tomando decisiones, optando, para lo cual ser requieres que conozcan y deliberen y que apetezcan las cosas como bienes para sí mismos o para los demás.
Todas las decisiones que libremente realice la persona le traerán consecuencias inevitablemente buenas o malas a corto, mediano y largo plazo, y por lo tanto es responsable de ellas ante sí mismo y los demás.
Cuando hablo de las crisis lo hago en el sentido siguiente: “Estado temporal de trastorno y desorganización, fundamentalmente caracterizado por una falta de habilidad personal (o social) para afrontar una situación con los mecanismos habituales de solución de problemas, y por el potencial para obtener un resultado radicalmente positivo o negativo. (Slaikeu, 1990)
Las crisis tienen su origen en decisiones erróneas que toman las personas en su vida personal, familiar y social (político) según sean las consecuencias que producen. Luego las crisis son fabricadas (consciente o inconscientemente) por cada persona y su gravedad está relacionada con las consecuencias que produce en los diversos campos de la vida social.
Está muy arraigada en la mentalidad de la mayoría del pueblo mexicano que la libertad no tiene límites y menos que conlleva en sí misma la responsabilidad, lo que significa para ellos que tomar decisiones no los compromete a nada.
Esta subcultura popular (vicio), que no distingue clase social, del libertinaje e irresponsabilidad en la toma de decisiones sin medir y atender sus consecuencias debilita el orden comunitario y el funcionamiento de las instituciones públicas y privadas.
Lo anterior puede ayudar a explicar la causas por la que los mexicanos siempre están en crisis social (política, económica, moral, etc.) y que los responsables no sean sancionados por ninguna autoridad y gocen de total impunidad.
Cuando las crisis tienen su origen en las decisiones fallidas de los gobernantes sus consecuencias repercutirán en todos los sectores sociales ocasionando daños y perjuicios personales, familiares y en todas las actividades sociales, vgr: de la salud, de la cultural, de la seguridad, de la economía y financieras de la población.
Seguramente se recordará y se tendrá presente una larga lista de decisiones equivocadas que tomaron los gobernantes y que al pueblo las está pagando con menoscabo de su ingreso y patrimonio y a otros muchos lo aventó a la miseria.
La situación para los mexicanos se vuelve más trágica al constatar que son muy pocas las instituciones públicas y privadas que luchan por erradicar la subcultura del vicio de:” Hacer lo que me da la gana y eludir toda responsabilidad”. Entre otros muchos casos menciono: la liena12 del metro, el aeropuerto internacional Felipe Ángeles, el avión presidencial, la coordinación fiscal de los estados con la federación, etc.
Por eso hay que estar presentes y participar activamente en los organismos de la sociedad civil acompañando a los gobernantes en sus decisiones para evitar que sean lesivas para el pueblo. usted lector dice la última palabra.