POR: FERNANDO RANGEL DE LEÓN
A lo que antes se llamaba charla, plática y diálogo con algo de formalidad, ahora se llama conversatorio, como el que tuvimos el pasado jueves 23 de junio, con motivo de la reciente muerte de nuestro amigo y gran periodista Higinio Esparza Ramírez, en el que se habló sobre su vida y su obra; y al que se le denominó Así era Higinio.
Y es que para que haya conversatorio sobre una persona es necesario que su vida y su obra hayan trascendido a la sociedad, como Higinio que vivió 85 años y por sus 66 años en El Siglo de Torreón, se le consideró el decano de los reporteros; además de que en sus últimos años fue articulista del mismo Siglo, de la Revista Progreso, del Periódico Extra de la Laguna y otros, y dejó un libro inédito, que probablemente será presentado próximamente.
En el interesante y ameno conversatorio estuvieron su viuda, Rosa María Nieto, hijos Héctor Alejandro, Patricia y Lourdes, amigos y colegas; e hicieron uso de la palabra quienes tienen un recuerdo, una anécdota, una enseñanza, una vivencia; como las del que esto escribe que en uno de sus artículos escribió que él y su compañero de El Siglo, Rodrigo Caballero, habían asistido al partido entre nuestra Selección Nacional y Costa Rica, diciendo primero que sería en el estadio de Ciudad Universitaria, y luego que en el estadio de la Ciudad Deportiva; por lo que le hice saber esa contradicción, e inmediatamente me aclaró que fue en la CU; agregándome que lo que más le llamó la atención fue el mural, y como sabía que yo estudié allí, me preguntó que de quién era y qué significaba.
Le expliqué que el mural es de Diego Rivera, hecho de piedras de colores, que representa el águila azteca y el águila andina, que junto con el lema “Por mi Raza Hablará el Espíritu”, de José Vasconcelos, forman el escudo de la UNAM.
En uno de los más recientes artículos, Higinio mencionó el punto de acuerdo en el Senado para que los restos del maestro José Santos Valdés, reposaran en la Rotonda de las Personas Ilustres, según palabras de Morales Dueñas, publicadas en La Jornada, el 24 de noviembre de 1954; a lo que yo le aclaré que el maestro Santos Valdés, murió en 1990.
El pasado viernes 27 de mayo coincidimos Higinio y yo en el Cerro de las Noas, con motivo del 30 aniversario del Periódico Extra de la Laguna, y allí me dijo que por fijarme en datos inexactos de los artículos, en uno de ellos me iba a llamar “cazador de gazapos”, a lo que yo con mucho gusto asentí; pues para mí ese epíteto sería un gran honor viniendo de él; pero desafortunadamente la muerte no se lo permitió, pues en menos de tres semanas falleció; por lo que espero que ese artículo me lo enseñe allá en donde lo alcanzaré.
En el mes de marzo, Higinio, criticó al gobernador José Rosas Aispuro Torres, porque al año de haber emitido el decreto de la creación de la Universidad 18 de Marzo de la Laguna, de Gómez Palacio, Durango, y sin haberla puesto a funcionar; otro decreto suyo lo abrogó; lo que lo exhibía como un funcionario público nada serio y nada respetuoso.
En el mes de mayo, Higinio también criticó al Ayuntamiento de Lerdo, por haberle quitado el nombre de Profesor José Santos Valdés, a una calzada en la colonia Magisterio de esa ciudad; y abundó en datos y razones para que se devuelva su nombre.
En este conversatorio Así era Higinio, se dijo que uno de sus mejores homenajes es darle seguimiento a su obra.