POR: ABEL ALCALÁ H.
Sólo los que han cultivado y fortalecido un espíritu de lucha, tenacidad, creatividad, disciplina, sacrificio y corazón generoso no sucumben ante los embates de la adversidad.
Son varias las generaciones de hombres y mujeres que con el temple y gallardía mencionados anteriormente forjaron la identidad de laguneros a los habitantes de radicados en los municipios colindantes entre Coahuila y Durango.
La grandeza de la región lagunera de los años 30 a los 80 del siglo pasado tenía como principal causa la calidad humana de sus habitantes que fueron templados en el más fino crisol de virtudes y conocedores que la naturaleza está gobernada por leyes inmanentes, pudieron sacarles el máximo provecho para su bienvivir.
Gracias a la tenacidad y constancia de esos laguneros se ganaron el mérito de ser bautizados como los que tienen un Espíritu que crea y un brazo que forja.
Por la fortaleza, desarrollo cultural y material de La Laguna su prestigio fue conocido a nivel nacional y mundial, motivo por el cual migraron a esta región un gran número de etnias nacionales y extranjeras, logrando una única síntesis cultural lagunera
La grandeza de la región o comarca lagunera nos hereda un orgullo tan grande que hasta la fecha nos cobija y nos da identidad.
Ante los retos actuales que la naturaleza, la política, el derecho y la economía nos presentan y que para muchos es motivo de desmoralización y angustia, debemos regresar a los principios y virtudes de nuestros padres y abuelos, y virilmente afrontarlos.
Las puertas del coliseo se abrieron, entremos con firmeza y decididos a salir nuevamente victoriosos de la adversidad que nos reta y así cumplir con la demandan de las futuras generaciones de laguneros.
Debemos fortalecer el clima de la identidad lagunera, solidarizarnos con el consumo de bienes y servicios de las empresas locales preferentemente y respaldarlas con inversión.
Con fe y confianza prepararnos para una batalla larga y provechosa con el objetivo de mantener la grandeza de la región Lagunera guiados siempre por el consejo: “No pongas tus pensamientos en la riqueza, más bien pon riqueza en tus pensamientos”.
Saquemos adelante las nuevas generaciones de empresarios laguneros ya que parece que muchos de ellos aún tienen dientes de leche, por eso su maduración es urgente.
Debeos cerrar filas y poner a circular la moneda de la solidaridad, del amor por la región y aplicarnos en nuestras tareas con entusiasmo y calidad.
Fortalecer la vida regional es robustecer la identidad que nos distingue de otras regiones, presumir nuestro orgullo con grandes obras, prósperas empresas y la armonía y la paz en la comunidad.
Si perdemos la identidad perdemos todo, se diluyen las fortalezas y nos envuelve el desorden y caos, nos carcome el individualismo egoísta y nos conquista la miseria espiritual y material.
La identidad es un fenómeno subjetivo, de elaboración personal, que se construye simbólicamente en interacción con otros. La identidad personal también va ligada a un sentido de pertenencia a distintos grupos socio- culturales con los que consideramos que compartimos características en común.
La identidad basada en el concepto de nación, es decir, el sentimiento de pertenencia a una colectividad histórico-cultural definida con características diversas, rasgos de cosmovisión definidos con mayor o menor localismo o universalismo. Recordemos: Cuando tienes que explicar quién eres, es que no eres nadie. Lector usted dice la última palabra.