Por: Samuel Cepeda Tovar
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Preocupa que a cinco meses de la administración pública actual en Allende no exista hasta el momento un plan municipal de desarrollo (copladem); preocupa que exista una comisión de planeación para el desarrollo y que no haya resultados de planeación hasta el momento; pero más preocupa que de pronto este plan municipal se presente ante una nula convocatoria por parte de la autoridad hacia los diversos sectores de la sociedad allendenses: iniciativa privada, escuelas y universidades, asociaciones civiles, intelectuales, medios de comunicación, líderes de opinión, etc. Echándole un vistazo a la conformación del COPLADEM y con el respeto que se merecen todos y cada uno de los integrantes, no veo un solo perfil con conocimientos sobre administración pública, políticas públicas o planeación y desarrollo. Es cierto que está conformado por regidores y directores de departamento, los cuales representan algunos sectores como el comercio, el magisterio, etc., pero no representan por sí mismos la totalidad de puntos de vista ni mucho menos una opinión absoluta sobre temas complejos como el desarrollo municipal. Hasta el día de hoy el ayuntamiento navega al garete, planeando las actividades como el calendario lo indique, no dentro de un plan general de desarrollo; con un aumento millonario de la nómina y con pocas acciones orientadas al desarrollo del municipio. Eventos sociales como todos los demás lo han hecho y ante un serio descontento general por las condiciones del sistema de agua potable; actos de opacidad bastante lamentables como ocultar la nómina municipal para a la cual tenemos derecho todos los allendenses. Nadie en su sano juicio espera que el ayuntamiento resuelva los problemas ipso facto; ni siquiera en tres años, tal vez con una reelección con una totalidad de seis años pudiéramos hablar de las bases que orienten una hoja de ruta hacia la solución de los problemas del pueblo, pero hasta el momento no hay nada que podamos revisar, analizar y celebrar o cuestionar. Ahora bien, en lo personal he presentado iniciativas ciudadanas para mejorar las condiciones del pueblo, una que abona a la transparencia y otra que busca la mejora de la imagen urbana, pero ni siquiera han sido analizadas por los regidores que siguen ignorando sus principales funciones. Si el plan municipal de desarrollo aún no está listo es un alivio, porque aún existe la esperanza de que se convoque a los diversos sectores para que colaboren en su confección, de lo contrario estaremos ante una visión impositiva sin elementos de evaluación objetivos y alejados en su totalidad del sentir del pueblo en general. La diferencia no se hace con buenas intenciones y alardeo constante de que “somos el cambio”; sino con una planeación exhaustiva, objetiva, clara, precisa, prudente y sobre todo medible para que seamos los ciudadanos quienes podamos evaluar con elementos precisos el desempeño de nuestros servidores públicos y hasta el momento, este escenario no se atisba por ningún lado.