POR: SAMUEL CEPEDA TOVAR
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Son temas delicados, sobre todo cuando se trata de otorgar igualdad en beneficio de los hombres, pues históricamente la mujer en México ha sido sometida a roles predeterminados que la ubican en una situación de desventaja más allá de la superioridad en fuerza que biológicamente tenemos los hombres. Por eso la bandera de los colectivos feministas ha ido enarbolando conceptos como la igualdad, derivado de ello resulta un poco extraño que se legisle en este tema en beneficio de los hombres, pero no se trata de una conjura patriarcal. La votación en la cámara de diputados fue arrolladora, de los 500 diputados 476 votaron a favor de la modificación del artículo 282 del Código Civil Federal que señala que, en caso de divorcio, los menores de siete años deberán quedar al cuidado de la madre, por lo que este designio legal establece un prejuicio de género al menospreciar en esencia la capacidad de un hombre para criar un hijo, dando por default la custodia a la madre salvo muy particulares excepciones. Con la derogación del articulado anterior, los diputados consideran que se fortalece el principio de igualdad entre mujeres y hombres; pero la reforma en aras de la igualdad no termina aquí, pues también con 459 votos se reformó el artículo 273 de la misma ley para garantizar una compensación para el cónyuge que se haya dedicado al trabajo del hogar y cuidado de los hijos en caso de divorcio o separación. El dictamen es simple: papá y mamá tienen la misma capacidad para criar a un hijo, por lo que se debe eliminar el principio conservador de que solo la mujer tiene la capacidad de crianza. En México existen miles de padres que se dedican a las labores domésticas y crianza de hijos, el INEGI calcula que 24% de los hombres realizan estas labores contra un 76% de mujeres. En lo personal me parece que la medida es aceptable y bienvenida, pues el México de hoy dista mucho de ser el de hace 20 años; en donde la participación de la mujer en labores domésticas era de casi el 100%; el escenario hoy es muy diferente, en un estudio realizado por Mario Martínez Salgado (2016) de la UNAM, titulado: “Una nueva mirada a la participación masculina en el trabajo doméstico y el cuidado de los hijos en México”, el autor concluye que existe un notable cambio generacional que señala que entre mejor situación económica y social tienen los hombres estudiados, mayor es el tiempo que dedican al cuidado de los hijos, también señala que el empleo femenino al ser de tipo asalariado propicia una mayor participación de los padres al cuidado de los hijos. No se trata de conjuras patriarcales, se trata de ubicarnos en un nuevo contexto en el cual cada vez más los hombres tenemos participación en la labores domésticas y el cuidado de los hijos (me cuento entre esos hombres) y en estos temas no se trata de equidad, sino de igualdad, pues también el esquema de que solo el padre era el proveedor principal se cae a pedazos, pues en lo personal conozco decenas de casos en donde la mujer tiene mejores ingresos que los hombres en los hogares y otros tantos en donde los hombres se dedican a labores domésticas de lleno. Se trata de un nuevo contexto que amerita nuevas medidas legales enmarcadas en el tema del importante concepto de igualdad.
