SI LO QUE AMLO HACE, NO ES LLEVAR A MÉXICO AL TOTALITARISMO, SE LE PARECE MUCHO
“4T es un mero eufemismo, una manera suave de ocultar lo que está detrás de su proyecto: la destrucción de las instituciones; la instauración de la autocracia; el aniquilamiento de los opositores, el restablecimiento del populismo. De que otra manera explicar la persecución de científicos mexicanos acusados de delincuencia organizada y lavado de dinero; el intento de desacreditar a la UNAM y vulnerar su bien ganada autonomía; las reiteradas injurias a periódicos y periodistas; el desprecio al Derecho, así como a jueces y abogados; los embates reiterados al INE y a las instituciones democráticas del país”.
Así describe Mario Melgara, la coyuntura que se está viviendo en México.
En Venezuela, por ejemplo, a su llegada a la Presidencia, Hugo Chávez, comenzó, formando una base social muy amplia, a costa de golpes publicitarios, que, al igual que AMLO, tenía su programa radiofónico, “Aló PRESIDENTE”, con el que ensalzaba a una supuesta revolución “Bolivariana”, señalando a los enemigos del régimen, dando a conocer y ordenando, durante sus recorridos, la expropiación de empresas nacionales y extranjeras (entre estas últimas, Bimbo y Cemex, entre otras). Comenzó a repartir dinero, a vender la gasolina o casi regalarla, implementó programas asistenciales y hasta les regalaba la gasolina a los cubanos, entre otras medidas populistas. Sin embargo, la caída de los precios del petróleo, sumió a la economía de Venezuela, en un pozo sin fondo, lo que acabó con los recursos para sostener sus programas. Hugo Chávez, murió repentinamente, dejando como sucesor, a Nicolás Maduro, un personaje más ignorante que él y menos popular. Aunado a esto, ya no hubo dinero para repartir, la inflación llegó a límites insospechables, al grado de que mucha gente, tenía que recurrir a los contenedores de basura para buscar algo de comida. Hoy, la situación de Venezuela es lastimosa, la gente, por miles, abandona el país y, en principio, se fueron a Colombia, por la cercanía, pero ahora, ya forman parte de las caravanas de migrantes que están pasando por México, rumbo a la frontera con Estados Unidos. Un país rico, como México, hoy es un país, devastado, a pesar de la gran riqueza que tiene (en litio, por ejemplo).
Y es que, lo que está haciendo el Presidente, López Obrador, si no se acepta que nos conduce rumbo al totalitarismo, esto, se le parece mucho.
En estos tres años de gobierno, ha dado muestras muy claras, para convertir a México en una dictadura.
No es cierto (como muchas que prometió y ninguna ha cumplido), que ya está preparando a su sucesora, Claudia Sheinbaum; solo es una cortina de humo, que nadie le cree. La Sheinbaum, es una perfecta desconocida por la gran mayoría de los mexicanos, por lo que, aunque AMLO le hiciera la campaña, para empezar, los mexicanos, aún no aceptarían, que una mujer los gobierne.
Y no es discriminación, solo que la gobernadora de la CDMX, no ha mostrado el carácter ni las tablas, para llegar a la Primera Magistratura.
El ejemplo más claro, es su falta de liderazgo, carisma y capacidad para una empresa tan compleja, como esa. El ejemplo Salta a la vista; en las últimas elecciones municipales y legislativas, perdió la mayoría de alcaldías, rompiendo la racha de más de más de 20 años, en que la “izquierda”, obtenía, casi carro completo, cuando Morena, todavía era PRD.
Por si fuera poco, un tercio de la responsabilidad del accidente de la Línea 12 del Metro, la carga ella, porque, ya en su gobierno debió de tener al 100%, el mantenimiento de ese medio de transporte.
Con una CDMX, mayoritariamente en manos de la oposición, sin credenciales en el plano nacional y sin luz propia (porque el Peje, tiene colgados sus diablitos en la Capital), Claudia, tiene poco, muy poco margen de maniobra, y no habrá efecto AMLO, que la pueda ayudar.
Si bien es cierto que la oposición está muy desdibujada, casi inexistente, también lo es, que la ciudadanía usó las siglas de los partidos, para darle la espalda a Morena, de ahí que las encuestas que, como siempre se equivocan, le daban a Morena, carro completo, en casi todas la elecciones pasadas; de hecho, para AMLO, fue una sorpresa inesperada, que se perdieran más de la mitad de las alcaldías, por eso su rabia contra la clase media, contra los intelectuales, contra los medios de comunicación y hasta con la comunidad científica y la UNAM.
Y para como pintan las cosas (por las últimas decisiones autoritarias, irracionales y anticonstitucionales, su radicalismo irá subiendo de tono, querrá concentrar más el poder y les seguirá dando a los militares más concesiones, más espacios y más funciones, sabedor, de que, para sus propósitos autoritarios, el ejército como en las dictaduras de Venezuela, Cuba, Nicaragua, y otras-, será fundamental para apagar las movilizaciones de la sociedad, que no está de acuerdo de su proyecto totalitario.
Por todo ello, sostengo, como al principio de este artículo; si la ruta por la que nos conduce el Presidente, no es la dictadura, se le parece mucho.