POR: FERNANDO RANGEL DE LEÓN
Antes las fiestas de septiembre empezaban con el informe presidencial del día 1°, que por décadas fue el día del Presidente; por eso no había actividades y las clases empezaban hasta el día siguiente hábil, en el calendario escolar “B”, que duraba de ese mes hasta junio en que se salía de vacaciones largas los meses de julio y agosto, por el calor; a diferencia del calendario “A” en el que las clases eran de febrero a noviembre, y las vacaciones largas en diciembre y enero, en los lugares de clima frio o templado; nosotros estudiamos en los dos calendarios.
Las fiestas seguían el 13, día de los Niños Héroes, el 15, día del Grito, el 16, día de la Independencia, y el 27, día de la consumación de la Independencia, que en este 2021, será el Bicentenario; por lo que el Gobierno de México, lo celebrará como se debe.
Esos acontecimientos no acaecieron todos en 1810, que es el año del inicio del movimiento Independentista; pues el de los niños héroes fue en 1847, y el de la consumación fue en 1821; se tiene a septiembre de 1810 como el mes y año en que empezó a forjarse la patria, entendida no solo como el suelo en que nacimos sino como el sentimiento de pertenencia a su historia, hecha por nuestros antepasados, que encontraron caudillos o líderes que encabezaron sus movimientos sociales y políticos; representados en la bandera nacional, el himno nacional y el escudo nacional.
Porque ser patriota no solamente es querer a su nación y a todo lo que ella significa, sino también trabajar y producir lo mejor posible para que haya bienestar para todos como si fuésemos una sola familia en un hogar mayor; en donde si le va bien a uno le deberá ir también bien a los demás.
Pero algunos mexicanos han confundido ser patriota con patriotero, y su sentimiento patrio lo han confundido con la “mexicana alegría”, y el “masiosare”; para fugarse de la realidad objetiva, la realidad que está afuera de nuestras cabezas y que ahorita enfrenta al COVID-19; contra el que necesitamos la unidad nacional en torno de nuestro mayor valor: la patria.