Dos parejas están jugando a las cartas. De repente, a Antonio se le caen unas cartas al suelo. Cuando se agacha para levantarlas, nota que la mujer de Pablo no está usando ropa interior.
Medio incómodo, Antonio se golpea la cabeza con la mesa y se levanta con cierto rubor en el rostro.
Más tarde, Antonio va a la cocina a buscar una cerveza y la mujer de Pablo lo sigue y le pregunta:
- ¿Viste algo interesante debajo de la mesa?
Antonio admite que sí y ella continúa:
- Puede ser tuyo, por sólo 5,000 pesos…
Antonio lo piensa un minuto, y dice que está interesado. Quedan en encontrarse el viernes siguiente a las 2 p.m., cuando Pablo estuviera en la oficina.
El viernes, Antonio va a la casa de Pablo y, después de una sesión de sexo como hacía mucho tiempo que no tenía, le paga a la mujer los 5,000 pesos acordados. Más tarde llega Pablo y le pregunta a su mujer:
- ¿Antonio estuvo aquí esta tarde?
La mujer, a regañadientes y un tanto sorprendida, responde que sí… Pablo continúa:
- ¿Y te dio 5,000 pesos?
Su mujer alarmada piensa “Dios mío, él lo sabe”. Y finalmente le dice:
- Sí, me los dio.
Responde Pablo:
- ¡Ah, qué bueno!, el pasó por la oficina esta mañana y me los pidió prestados. Me dijo que me los devolvería esta tarde al pasar por la casa, que me los dejaría a contigo si yo no estaba.
