Matamoros, Coahuila.-
Desde el 6 de junio pasado, inició la cuenta regresiva para el presidente Horacio (ra) Piña Ávila, en este último semestre de su administración, todo lo que escurra es miel y las únicas obras que se han dejado ver son las de teatro, porque lo que son mejoras en infraestructura y servicios, definitivamente son letra muerta.
Como están las cosas, todo señala que a (ra) Piña se le fincarán responsabilidades ante un millonario faltante en sus cuentas, además del desvío de recursos para la compra de vehículos, un rancho y la remodelación de las casas de sus familiares, independientemente del nepotismo al registrar en nómina a sus parientes.
Ya quedó instalada la comisión del proceso de entrega recepción, en la que, representando a la administración entrante, se encuentran matamorenses que ocuparán las principales direcciones y departamentos a partir del 1 de enero del año 2022, cuando inicia formalmente la gestión que encabezará Miguel Ángel Ramírez López.
Entre las personas que tendrán su oficina en Pabellón e Independencia y en el edificio B, anote al actual regidor Brisli Barker Medina, Rubén Darío Jasso, Efraín Agüero Huitrón, Jorge Ayup Guerrero, Mayra Espinoza García, Maylín García, Servando Zárate, Mario Alonso Hernández, para seguridad pública anote a Jesús Ponce, un policía de carrera que en la administración 2018 hizo buen trabajo, mientras que el único que repite en la dirección del estacionamiento es Neto Originales.
Ya en los corrillos políticos se habla fuerte y quedito que, en el Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento, quienes recibirán las oficinas del centro, norte y otras gestorías, serán Leonel Contreras Pámanes, Jordán Zavala Cervantes y José Alfredo Vázquez Rocha, quienes ya andan colonia por colonia tomando medidas para reponer tuberías de agua y drenaje.
Lo que sí llamó la atención de propios y extraños es el discurso del alcalde electo Miguel Ángel Ramírez, durante la instalación de la comisión de entrega recepción, al señalar que no es su intención mucho menos la idea, exhibir públicamente la información relacionada con las cuentas públicas de Lacho (ra) Piña.
Y es que es necesario saber sobre el manejo de los dineros, para el “Charro” estar en condiciones de programar y presentar iniciativas relacionadas con la ley de ingresos y egresos una vez que comience su mandato.
Miguel Ángel no recibirá sorpresas, todo Matamoros sabe que las finanzas públicas son un completo y vil desmadre, como ya lo ha denunciado fuerte y quedito la regidora Lizeth Inungaray González, quien no quita el dedo del renglón de exigir todo el peso de la ley para Lacho caguamas y su banda.
Por otra parte, Matamoros tanto su área urbana como rural, están en el más completo de los abandonos, para cualquier lado o parte que fije su mirada, constata que el pavimento ya no existe, las calles y avenidas parecen vil terracería, como que aquella frase que tanto gritó el Caguamas, el karma se lo regresó, porque, así como afirmaba que era herencia, ahora entregará todo en peores condiciones.
Un pésimo alumbrado público, basura acumulada por todos lados, drenaje obsoleto, tubería del agua con fugas, basta ver las Vegas de Marrufo, están convertidas en un foco de infección en el que pululan los insectos llámese mosquitos y moscas, los vecinos, casi todos, con infecciones estomacales y tienen que soportar los fétidos olores.
¡Ah!, se me pasaba el comentario relativo a una regidora y su esposo que hace días resultaron positivos a la prueba de covid, a quienes les valió una pura y dos con sal y anduvieron sin cubre bocas abrazando y besando de cachetito a medio mundo durante la inauguración del restaurante el Pinabete, allá por el periférico.
Por cierto, los empleados de presidencia se dieron cuenta porque uno de los hijos de la funcionaria, fue al Hospital Integral gritando y exigiendo que le hicieran la prueba porque su mamá y su papá estaban positivos a covid, aunque lo mandaron por un tubo y sólo “quemó” a su familia.
