POR: SAMUEL CEPEDA TOVAR
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Analicemos de entrada un factor importante en este tema que ha dividido a la sociedad: según expertos de la UNAM, al petróleo le quedan 42 años en reservas antes de que se vuelva escaso en todo el mundo; para el caso de nuestro país, nos quedan aproximadamente 11 años de extracción con la producción actual. Si tenemos en cuenta que la refinería en construcción y la adquisición de Deer Park en Estados Unidos estarán listas en este sexenio, significa que por los próximos años a partir de 2024 y hasta 2030 o 31 tendremos gasolinas baratas; a menor precio, pues nos estaremos ahorrando el costo de la refinación externa, esto sin duda es una buena noticia, aunque pareciera que el margen de ganancia sería muy corto, pues las energías renovables poco a poco serán imprescindibles no por el avance tecnológico, sino por la escasez que se avecina y que será insoslayable. Tiene razón el presidente cuando señala que el petróleo es el mejor negocio del mundo; porque ciertamente así es, sin embargo a este negocio le quedan pocos años, pues se calcula que para el lapso entre 2025 y 2029 las energías alternativas serán el gran negocio; y así lo dejan ver alguna acciones de las principales petroleras del mundo como Shell quien ha invertido más de 100 mil millones de dólares en solo tres años en energía renovable y más barata como lo son las foto celdas (energía solar) o la energía eléctrica. Se calcula, que para 2050 el 30% de la energía consumida en el mundo deberá ser renovable, limpia, que vaya de acuerdo no solo con la atención a la escasez de energía fósil, sino con las exigencias de los tratados internacionales que piden la sustentabilidad y el cuidado del medio ambiente. Vermont, en Estados Unidos, país número uno consumidor de petróleo en el mundo, es una ciudad cuyo consumo de energía es 100% renovable, lo cual indica que la tendencia es y será irreversible. Pero regresemos a Deer Park, en donde el presidente AMLO ha asegurado que dicha empresa arrastra consigo una deuda de 980 millones de dólares, que no generó utilidades el año pasado, y se entiende que la pandemia tuvo efectos directos al ralentizar la economía mundial; pues los otros años ha tenido utilidades anualmente. Ahora, en cuanto a las condiciones físicas de la empresa, algunos la han llamado “fierros viejos”, sin embargo, se trata de una empresa que recibe más de 2,500 embarcaciones con 100 mil millones de barriles de crudo para su refinación, ese volumen la ubica entre las 25 más grandes de los Estados Unidos, y estos “fierros viejos” producen diariamente 110 mil barriles DIARIOS de gasolina, 90 mil de diesel y 25 mil de turbosina lo que le dan un desempeño superior al 80% en los últimos años. En otras palabras, se trata de un buen negocio, pero a corto plazo, en donde la inversión se recuperará, en donde los resultados de las gasolinas baratas las veremos en unos años más, pero que los beneficios a largo plazo simplemente no existen porque el futuro ya nos alcanzó y el petróleo ha entrado ya en la recta final de su existencia como motor de las economías en el mundo. A título personal, hubiera preferido ver esos 600 millones de dólares invertidos en energías alternativas para iniciar desde ya la travesía en lo que será la revolución de los energéticos.