POR: SAMUEL CEPEDA TOVAR
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Un conflicto que muchos no entienden, pero que lamentan, un conflicto en el que la opinión pública parece estar volcada hacia Israel, en el que los buenos son ellos y los malos los palestinos; en el que unos son terroristas y los otros los bondadosos que representan al bien, el pueblo elegido por Dios. El conflicto tiene una explicación simple: durante la segunda guerra mundial, ante el éxodo de judíos por el holocausto, los judíos regresan a fundar su Estado en donde nació Jesucristo, en Jerusalén, a la que consideran su capital, sin embargo, también era capital del pueblo palestino quienes con los años fueron superados por el pueblo judío y después de varias guerras Israel logró consolidar su poderío económico y militar en la región, en medio de países árabes, ocupando poco a poco debido al expansionismo de su economía territorios y desalojando por la fuerza a palestinos, quienes responden con resistencia y esto ocasiona choques entre civiles y fuerzas armadas israelíes. El detalle, es que el pueblo palestino es apoyado por organizaciones terroristas como Hamas, quienes luchan por la expulsión de los judíos de su territorio y que además de gozar de la simpatía de muchos palestinos, reciben el financiamiento de países árabes que fueron derrotados por Israel en guerras pasadas producto del expansionismo del sionismo. Por eso vemos esos centenares de cohetes volando por el cielo en busca de blancos israelíes, porque Hamas posee armamento bélico sofisticado. En respuesta Israel realiza ataques aéreos bombardeando objetivos en la franja de Gaza, el resultado siempre es lamentable, pero asimétrico, pues siempre fallecen producto de estos ataques unidades de civiles israelitas, pero centenas de palestinos. Los palestinos tienen años sufriendo la NAKBA, que significa destrucción o catástrofe, pues más de 10 millones de palestinos han sido desterrados del lugar que originalmente era de ellos. En resumidas cuentas, se trata de un conflicto bastante añejo, en el que no se han encontrado las respuestas al problema, en el que la intervención de occidente de nada ha servido, en el que solo existen intervalos de paz y que esta última no llegará jamás hasta que no se cumpla la condición número uno: la creación de un Estado palestino. Y este Estado se ve muy lejos de su creación por el hecho de que Israel no para de construir asentamientos judíos que son ilegales de acuerdo al derecho internacional y que con ello desplazan a palestinos que tienen toda su vida como residentes. La creación de este Estado supondría el retorno de los 10 millones de refugiados palestinos, ante lo cual Israel se niega al asegurar que si esto sucede se destruiría la identidad del pueblo judío. Cabe mencionar, que más del 70% de los países del mundo (138 de 193) consideran a Palestina como un Estado. En resumidas cuentas, ambos reclaman el mismo territorio, ambos reclaman a Jerusalén como su capital, ambos no se reconocen mutuamente como Estados, pero una cosa es segura: alguien llegó primero y alguien después, alguien arrebató por la fuerza militar territorios a todos sus vecinos, alguien viola el derecho internacional al construir asentamientos irregulares y despojar a personas de sus hogares, pero la opinión pública está mediatizada y ya ha ubicado a los malos y a los buenos, ya ha determinado quién está en lo correcto y quien no. Este conflicto no se resolverá, no al menos en este siglo y cada periodo de paz será solo una tregua, previa a la hecatombe que parece no tener fin en tierra santa.