POR: ABEL ALCALÁ H.
La expresión “Primero yo antes que otros”, se propone con la intención de motivar, invitar y exhortar a las personas a asumir la actitud moral de compromiso con justicia y la solidaridad con sus semejantes y con la ciudad.
Debo aclarar que se puede caer en la tentación de tergiversar la exhortación y actuar contrario al sentido bondadoso de la proposición, para evitar esa tentación y vacunarnos contra ella cito un pasaje del evangelio sobre el tema: “Y oyéndole todo el pueblo, dijo a sus discípulos; Guardaos de los escribas, que quieren andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; Que devoran las casas de las viudas, poniendo por pretexto la larga oración: éstos recibirán mayor condenación” Lucas 20:45-47.
La invitación va en el sentido siguiente y nuevamente hago una cita del evangelio; “Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo: “Si alguien quiere ser el primero, deberá ser el último de todos, y servirlos a todos”, Marcos 9:35.
Las dos citas del evangelio nos ayudan a dejar muy precisado el sentido real de la invitación: “Primero yo antes que los otros”.
Lucas describe muy bien el vicio de la vanidad, del egoísmo y de la soberbia, vicio que incita a ser el primero en todo con la insana intención de enaltecerse ante los demás y vicios que hoy decoran muchas de las actitudes de las personas en su vida cotidiana y son causa de la desarmonía en sociedad, de atraso y miseria.
Marcos nos aclara cuál debe ser la actitud del que tiene ocasión de ser primero: ser humilde y servidor. Veamos un complemento del tema sacado del evangelio: “Pero Jesús los llamó y les dijo: “Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga su esclavo”.
En complemento a lo establecido en los evangelios veamos que nos dice la ciencia filosófica en su rama correspondiente: La ética, o filosofía moral que estudia la conducta humana, lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo malo, la moral, el buen vivir, la virtud, la felicidad y el deber nos dice que todas y cada una de las personas debemos hacer el bien y evitar el mal al prójimo.
Hacer el bien es tan natural y humano, como antihumano no evitar el mal. El único conocimiento práctico que los humanos tienen en común, de una manera natural e infalible, como un principio que no necesita demostración, es que debemos hacer el bien y evitar el mal.
La aplicación práctica de este mandato ético: hacer el bien y evitar el mal, en las sociedades humanas se realizar a través de la solidaridad. El ciudadano solidario, es aquel que manifiesta y expresa un interés como también un espíritu de ayuda por los demás ciudadanos.
Torreón como el resto de municipios aledaños de Coahuila y Durango que están enfrentando retos tan graves que agravian la dignidad de las personas, sus bienes y derechos básicos, requiere, además de los talentos en ciencia, sabiduría, inteligencia es sus habitantes, de un cambio de actitud de la mayoría de los laguneros.
Si mayoritariamente los laguneros actuamos como ciudadanos solidarios y buscamos ser los primeros antes que otros en aplicarnos con acciones concretas a colaborar en la solución de los problemas que están a nuestro alcance y colaboramos con las autoridades y otras instituciones siguiendo sus indicaciones y recomendaciones, pronto, muy pronto veremos cambios favorables en nuestra vida cotidiana.
Torreón y la zona metropolitana nos necesita a todos, busquemos ser los primeros en trabajar por el desarrollo y progreso de los municipios, si muchos nos dedicamos a servir y ayudar, más rápido superaremos lo retos que nos lastiman.
