Matamoros, Coahuila.-
A 15 días de que termine la campaña electoral, de acuerdo al termómetro político, son dos los candidatos punteros y favoritos para obtener el triunfo el próximo 6 de junio, a la presidencia municipal de Matamoros; Miguel Ángel “Charro” Ramírez López del PRI y Valeria López Luévanos por Morena.
Aun cuando el resto de los partidos siguen trabajando para obtener cuando menos una regiduría, algunos, no todos, se atreven a publicar gráficas de encuestas que los favorecen, incluso, arriba de los 60 puntos, lo que es irreal y lleno de fantasía más grande que una caricatura.
En lo que resta del mes de mayo, los ánimos se caldearán, como siempre sucede en los últimos días previos a la fecha señalada para terminar con las dudas de quién será el candidato que alcance la alcaldía.
El Partido Acción Nacional, con Rosy Gómez como abanderada, realiza su labor incansable ahora sí como diría mi abuela, con las tres S´s, o sea, saliva, suela y sudor, aunque los pitonisos y augureros vaticinan que no alcanzarán ni la regiduría y la “Chona” se quedará en la loma de los disparos porque piensa que, sin hacer campaña, de todos modos ganará una posición, la cual, no verá llegar.
De Miguel Ángel “Charro” Ramírez López, que es el candidato del Revolucionario Institucional, va como puntero de acuerdo al último proceso electoral del 2020, donde obtuvo el triunfo Raúl Onofre como diputado local, con unos 24 mil 800 votos tan solo en el municipio de Matamoros, cifra que, se antoja, será difícil de alcanzar por parte de los otros partidos.
El Partido del Trabajo, ese donde el último que queda como militante es Lacho (ra) Piña, que ahora abandera el Verde Ecologista, tan solo verá llegar, si acaso, unos tres mil votos, lo que apenas le dará para una regiduría; la verdad, es que Lacho caguamas, para sus cuates, trae a uno que otro empleado con cubre bocas, siguiéndole la corriente y cambiando de escenario para la foto.
Valeria López Luévanos, candidata de Morena a presidente municipal de Matamoros, le apuesta al extinto efecto de López Obrador, aunque siente que ya superó los 7 mil votos que obtuvo Susana Aguiñaga, que perdió la diputación local pero que ahora se quiere sacar la espinita como regidora en la planilla obradorista. Valeria está segura de que obtendrá el triunfo porque la gente está cansada de lo mismo.
Lo cierto es que, Valeria, en todo su recorrido por lo largo y ancho del municipio de Matamoros, grita fuerte y quedito que nada tiene que ver Morena con el actual alcalde Lacho caguamas, a quien de traidor no lo baja porque decepcionó a quienes lo llevaron a la silla de Independencia y Pabellón.
A la que aún se le mueve una patita, como decimos acá en la colonia Polvorera de Torreón, es a la abanderada de Fuerza por México, la profesora Silvia Cristina Arellano Ibarra, que tiene como su chamán al profe Chuy Contreras Pacheco, que seguramente alcanzará una regiduría, aunque lo más importante para él, es mantener el registro.
Por cierto, al que dejaron fuera de la jugada fue al independiente Gerardo Marentes Zamarripa, que apeló en la Sala Regional en Monterrey, para echar abajo el acuerdo del INE y retornar a la candidatura; es que, resulta incongruente, que lo hagan a un lado porque (ra) Piña impugnó y argumentó que, su ex tesorero, no vive en Matamoros, no obstante que el secretario del ayuntamiento le extendió su constancia de que radica en el municipio.
Fátima Castillo, de Movimiento Ciudadano, al igual que Jesús Zalazar, del Partido Encuentro Solidario, no levantan ni el polvo en las encuestas, son unos completos desconocidos y entre ambos contendientes no sumarán ni 500 votos; eso sí, en sus encuestas a modo andan arriba de todos los candidatos, de esas mentales también me las sé hacer.
Nos queda Georgina Escareño Buendía, que representa el Partido Unidad Democrática de Coahuila, como están las cosas, tampoco llegará a la presidencia mucho menos obtendrá una posición, a menos de que negocie con alguno de los punteros y, mínimo, algún departamento.
Del que no se ha sabido nada es de Javier Valdez Villegas, de Redes Sociales Progresistas, su propia dirigencia lo saca de la jugada mediante un “aguilazo” y no obstante que impugnó, sigue chiflando en la loma de los disparos y, al menos hasta este fin de semana, no le resolvían nada.