Torreon, Coah.
Edición:
18-Nov-2024
Año
21
Número:
927
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COMENTARIOS AL RAS / 778


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Comentarios Al Ras
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21-03-2021
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18 DE MARZO ¿ALGO QUÉ CELEBRAR?

El 18 de Marzo de 1938, el Presidente de México, Lázaro Cárdena del Río, decretó la expropiación de la industria petrolera, entonces en manos de compañías inglesas y norteamericanas. La coyuntura que se estaba viviendo en el mundo, daba cuenta de la inminencia de una gran guerra (Segunda Guerra Mundial 1939-1945), que enfrentó a países de todo el mundo.

Con una visión de Estado, el Presidente Cárdenas, vio inminente el advenimiento del capitalismo en nuestro país, por lo que, las medidas que comenzó a tomar (como la expropiación petrolera), la liberación de la fuerza de trabajo, sometida a la producción de productos primarios en las haciendas, sin una paga fija y suficiente; la nacionalización del sistema ferroviario (1937) y el control de la clase obrera a través de centrales o sindicatos, fueron pasos importantes para que el capital nacional y extranjero, anidara en nuestro territorio, lo que le daría un gran impulso a la economía en los años subsecuentes.

Pemex fue, durante décadas, una de las empresas más productivas y ricas del Continente. Sin embargo, los gobiernos posteriores a la nacionalización, utilizaron las grandes utilidades de la empresa, para financiar obras ostentosas, infraestructura de transporte, comunicación y urbanizaciones en todo el país.

Desde entonces, se le aplicaron impuestos altísimos a la paraestatal y líderes venales y presidentes corruptos, metieron las manos, para llenarse los bolsillos, hasta dejar casi en la ruina a la empresa.

Sin embargo, a pesar de que en el discurso, el actual Presidente, Andrés Manuel López Obrador, declaró muchas veces que iba a rescatar a la industria, que metería en cintura a los líderes, que le quitaría carga fiscal para que se recapitalizara, las cosas no han sido así.

La situación se ha vuelto más compleja de lo que creía, por varias razones: por un lado, los precios del petróleo siguen estancados. Muy lejos quedaron los días en que un barril de crudo, llegó a venderse en más de 100 dólares y ese auge, en vez de haber sido aprovechado para la modernización de la planta productiva y la búsqueda de nuevos yacimientos y explotación en aguas someras, se fue a los bolsillos de los gobernadores de los estados, a los funcionarios de la petrolera, a los familiares de la clase gobernante y a manos de empresas nacionales y extranjeras.

Para colmo, el gobierno de AMLO, le está dando la puntilla a la empresa, pues, en vez de voltear para arriba, caminar al ritmo al que lo hacen los países más desarrollados, voltea para atrás, con una añoranza sin sentido ni futuro, creyendo que inyectarle dinero a una industria quebrada, endeudada y obsoleta, podrá revivirla. No es así. AMLO está tirando el poco capital que nos queda, para satisfacer un sueño, un anhelo ilusorio, porque él se quedó estancado en los años dorados del México autosuficiente, del que resolvía todos los problemas, sacando dinero de las ventas del petróleo. AMLO no entiende que esa época no volverá nunca, porque ya no hay reservas y las pocas que quedan, cuestan mucho extraerlas, porque las plantas extractoras están obsoletas y la energía que se necesita para mantener en movimiento las turbinas de la Comisión Federal de Electricidad (principal consumidora de petróleo y gas), estuvieron mucho tiempo consumiendo los residuos de la refinación del petróleo (combustóleo), que es como el desecho o la basura que resulta de ese proceso y hoy, los organismos internacionales, han prohibido su uso, por lo, que, de seguir con la refinación, el combustóleo, podrá inundar al país, pues ya no hay forma de almacenarlo ni de quemarlo.

Mientras el mundo camina hacia la generación de energías limpias, AMLO, con su fallida Reforma, las prohibió, de tal forma, que su gobierno está en un callejón sin salida.

Las cantidades de generación de gasolina, no satisfacen la demanda interna, por eso se compra en otros países. Cree el Presidente, que con la refinería de Dos Bocas, va a resolver el problema de abasto y abaratamiento, cuando las armadoras están volcadas a fabricar vehículos híbridos o totalmente eléctricos o movidos por otras energías.

Desgraciadamente, Pemex ya dio lo que tenía que dar. Aferrarse al pasado, solo nos llevará a la ruina y al atraso.

Eso lo debe entender el Presidente. Lástima que no ve, no oye y solo habla, habla y habla. Aunque sean puras pendejadas.

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