AMLO, YA “CHOLE” CON TUS “COMPLÓS”
Cualquier manifestación, cualquier signo, cualquier acción y cualquier inconformidad hacia el Gobierno de López, es un compló, para el señor Presidente.
Esa ha sido su forma facilona de descalificar, de descarrilar, de desviar la atención, sobre hechos fehacientes, relacionados con la corrupción, el autoritarismo y los excesos de su gobierno. Salidas fáciles y nada para corregir las pifias. Juego perverso que está llegando a su fecha de caducidad por su ineptitud, su ignorancia supina y su mala leche.
Amparado -según él- en su gran popularidad (que tengo fuertes dudas de que sus encuestas sean serias, sino, más bien, como él descalificaba a las de sus enemigos -estas, están tan cucharadas, o más, que las que daban ventajas a sus contrincantes, Calderón y Peña). Porque, en cualquier círculo de ciudadanos, de profesionistas, de burócratas, de empresarios, de intelectuales, de periodistas, de organizaciones civiles y demás, no se escucha a otra cosa, que quejas, enojo y hasta mentadas, en torno al quehacer gubernamental y sobre las ocurrencias y despropósitos de un Presidente, que a dos años y medio de asumir el cargo, solo calamidades ha conseguido para el pueblo de México. Así que, como dice el dicho: “estábamos mejor, cuando estábamos peor”, pues, cuando menos, en el sexenio de Peña, estaba mejor el sistema de salud, las estancias infantiles, los refugios para mujeres maltratadas, el crecimiento económico, el precio del gas y la gasolina, la imagen de México en el extranjero, los programas sociales y del campo, una administración pública con expertos y profesionales, el apoyo a la ciencia y la tecnología, y, sobre todo, el combate al crimen organizado, que a la fecha, no se sabe, dónde termina el gobierno, y donde comienzan los grupos criminales.
Y qué decir de la transparencia y rendición de cuentas. El de AMLO, es el Gobierno más opaco, corrupto y voraz de los últimos sexenios; no ha combatido ni castigado a los corruptos, como prometió, porque sería hacerse el harakiri. Denuncias y acusaciones contra supuestos defraudadores del pasado, sin que ninguno, hasta el momento, haya sido juzgado, sentenciado y encarcelado.
Ahí están los Ancira, los Lozoyas, los Borges, los Duarte de de Chihuahua y los Duarte de Veracruz y muchos, que solo están señalados, amagados pero no castigados.
Y eso, que en el Gobierno de AMLO, ya hay un buen número de fichitas, que deberían de estar en el fresco bote.
Por otro lado, López, cometió un error garrafal, al ningunear al movimiento de las mujeres y, sobre todo, al haber levantado un gran muro metálico, en torno a Palacio Nacional, que finalmente, se convirtió en un gran espacio, para que las mujeres lo madrugaran desde el domingo, al usarlo como un gran lienzo, para denunciar, escribiendo, todos los nombres de las mujeres asesinadas, desaparecidas y abusadas, que le dio la vuelta al mundo.
AMLO, se mostró como lo que es: un misógino, falto de sensibilidad para con las causas justas de las mujeres.
Para colmo de males, AMLO se aferró, a que el violador, abusivo y corrupto, Félix Salgado Macedonio, se metiera otra vez en la contienda interna de Morena (como si el proceso hubiera sido cuestionado), para alcanzar otra vez, la candidatura a la gubernatura de Guerrero, sabiendo que, con la línea mandada a las mujeres de Morena y la militancia de ese estado, el pillo, finalmente, sea el candidato, aunque sea muy difícil, que gane la gubernatura.
AMLO apostó su resto a su compadre, Salgado Macedonio, y eso le habrá de cobrar fracturas en las elecciones del 6 de junio y el proceso de revocación de mandato en 2022.
Son ya muchas pifias las cometidas por el obtuso presidente, que, engolosinado, por su supuesto, rating de popularidad, López se cree iluminado, blindado, amado por los mexicanos, cuando sabemos que esa misma popularidad, la tuvo -y más alta-, Felipe Calderón, en esta etapa de su Gobierno. Y ven lo que sucedió con el remedo de militar, que acabó, en el bote de la basura, de la historia del país.
