ALCALDES, PESE A SU GESTIÓN, SE QUIEREN REELEGIR
Nunca en la historia moderna de la región Lagunera de Coahuila y Durango, se había tenido a tan pésimos presidentes municipales y tampoco, tanta mezcolanza de partidos.
Por el lado de Coahuila, ni la edad, ni los cargos que ha ocupado, ni la trayectoria que ha recorrido, hicieron que el Alcalde de Torreón, Jorge (Peje)Zermeño, regresara más preparado, más empático, más modesto y más honrado que cuando se fue de su primer encargo como presidente de Torreón, hace ya 20 años.
Durante el año pasado, Zermeño tuvo múltiples cuestionamientos y señalamientos. Desde los excesos y negocios turbios de sus colaboradores; de las obras mal planeadas y estancadas; del pésimo comportamiento de los tránsitos; de la entrega de contratos de obras y servicios a sus cuates, colaboradores y, hasta a sus hijos. Pero lo más cuestionado de su actitud como alcalde, fue su renuencia a apoyar el combate a la pandemia, su irresponsabilidad por no usar cubre boca y ser tan permisivo con los ciudadanos que no acataban las disposiciones sanitarias. Solo cuando las cosas comenzaron a salírsele de control y fue duramente cuestionado por los medios de comunicación y por amplios sectores de la ciudadanía, fue que, medio reaccionó y quiso ser protagonista y adalid contra el COVID19.
El señor ha reprobado como Alcalde de Torreón, y, aún así, está pensando postularse, ooooootra vez, a una diputación, dejando el tiradero que tiene en el Municipio.
En Francisco I. Madero, llegó de “chiripa”, como dicen en el pueblo, el doctor Jonathan Avalos, arrastrado por el efecto AMLO. El nobel alcalde, gracias a su ingenuidad y falta de tablas políticas, ha estado regando el tepache desde que comenzó su administración, no por perverso, sino por ingenuo. Aún así, el señor ya anunció su deseo de reelegirse. No cabe duda, que el hueso es jugoso y crea adicción.
En San Pedro, sucede lo mismo con, la también doctora, Patricia Grado, que llegó de rebote a la Presidencia de San Pedro, por las pugnas entre los morenistas y gracias a la ayuda de su padrino, el neo morenista, Javier Guerrero -el producto de la “cultura del esfuerzo”-, quien la acercó al PAN y le puso a su sobrino para que le operara la elección.
Pues bien, en todo este tiempo, Paty Grado, no ha podido solucionar dos servicios básicos: el de la recolección de la basura y el desabasto de agua en el Municipio. Las pocas obras que ha realizado, han sido ejecutadas por la empresa de la que Javier Guerrero es socio y no ha habido en estos años, otra diferente para realizar la poca y mala obra que se ha hecho en el Municipio. ¡Ah!, pero la “abejita feliz”, ya piensa en buscar nuevamente la candidatura para reelegirse, aunque todavía no se define si será por melón (PAN) o por sandía (Morena). ¡Qué cosas!
Y ¿qué creen? En Matamoros de los baches, el peor de todos los alcaldes laguneros, Horacio (ra)Piña, ¡también quiere reelegirse!
El también doctor de profesión, a quien le cayó la alcaldía del cielo por el efecto AMLO, ha estado envuelto en múltiples escándalos, que van desde privilegiar a sus parientes en la nómina, cumplirle un capricho a su padre con dinero del erario, entregar el manejo del Municipio a su primo Beto de negra trayectoria y antecedentes, quien junto con el hijo del alcalde, por algún tiempo estuvieron extorsionando a comerciantes, vendiendo licencias de Alcoholes, decomisado cerveza que no fuera comprada en su establecimiento, multarlos y quedándose con el producto.
(ra)Piña, ha sido un pésimo alcalde, pues solo a partir de que compró a varios regidores del PRI, fue como pudo sacar adelante la cuenta pública, sin que esto quita decir que esté libre de responsabilidades, pues existe y sigue viva, una denuncia ante el Congreso y la Fiscalía, sobre los malos manejos de los recursos públicos.
En lo que lleva como Alcalde, ha realizado, cuando menos, unos veinte cambios en su administración. La escasa obra pública, igual que como en Torreón y San Pedro, ha sido entregada a una o dos empresas de allegados, por lo que las obras realizadas, son de muy mala calidad.
De los últimos escándalos, están los cobros por los movimientos de cosechas, que, según uno de los regidores, alcanzan casi 10 millones de pesos, que (ra)Piña, no ha pedido aclarar su destino. ¡Y así quiere reelegirse, cuando ha cambiado de bando político para querer favorecer a su hermana haciéndola candidata a diputada local, con pésimo resultado!
Y solo faltaría que la torpe alcaldesa de Viesca, también saliera con la ocurrencia de ¡quererse reelegir!
La muchacha llegó al cargo porque su padre se lo heredó, y ha sido éste, quien realmente gobierna en el Municipio, solo que, en vez de hacerlo bien para proteger a su hija y conservar la Presidencia, salió de uñas largas y ahora tienen a su hija en la mira de la Auditoría y de la Fiscalía.
Como dijimos, ¡qué malas experiencias con estos mañosos e improvisados!