POR: ABEL ALCALÁ H.
Los proyectos con grandes objetivos para el desarrollo de la buena vida y el embellecimiento de Torreón hoy suenan a delirio.
A quienes así piensan y actúan es bueno recordarles los cientos de miles de pobladores que desde el año 1855 se comprometieron a transformar la hacienda de Torreón en villa y luego en ciudad y gracias a ellos y su visión emprendedora diseñaron un trazo de ciudad tan moderna como las ciudades de Europa y Norteamérica.
A la pregunta cuánto cuesta embellecer a Torreón, se obtendrán tantas respuesta diversas como a tantas personas o profesionales como urbanistas, constructores, arquitectos, diseñadores, etc., sea planteada la cuestión.
Y puede ser que haya un común denominador entre todos los encuestados sobre el embellecimiento de Torreón y seguro será en relación al dinero, pues normalmente las ideas, diseños, mano de obra, equipo y construcción se miden en dinero.
Cuando vemos otras ciudades bellas tanto en México como en otras partes del mundo y las podemos gozar como paseante, turistas o viajeros creo que no pensamos en el costo, gasto o inversión, más bien aplicamos diferente medio de valoración y dejamos en un segundo plano el dinero.
Traigamos a nuestra memoria ciudades y lugares bellos como Zacatecas; Mérida; San Miguel de Allende; Querétaro; Rosarito; Guadalajara; Morelia; Cuernavaca; la Huasteca; la Rivera Maya; la Muralla China; Hiroshima, Hawái; Toronto; Berlín; Kiev; Roma; Nashville, Johannesburgo; Sídney; Caribe etc., y nuestro pensamiento nos lleva a fijarnos en las personas que las soñaron y las construyeron en parte para ellos y además con visión de heredarlas a sus futuros descendientes.
No resulta difícil imaginarse la calidad humana de esas personas y deducir que la máxima cualidad colectiva es el amor a su tierra, aprecio sin límites por la casa grande, actitudes que le nace de su propia naturaleza inclinada a la verdad, a la unidad, a la bondad y la belleza.
Generaciones completas de familias dedicadas a la grandeza y belleza de su casa grande, de su estado y país, eso es lo que ahora constatamos al ver esas hermosas ciudades y lugares paradisiacos.
Deseamos de esas personas que su espíritu visionario, emprendedor, entrega amorosa, sacrificios personales y familiares nos impregnen y sirve de ejemplo para nuestra misión en Torreón.
El bien común es la envoltura que da sentido a la vida en comunidad y precisa la meta que todos los bienes que perfeccionan al ser humano estén a disposición de todos y cada uno de ellos y esos bienes tiene cuatro propiedades esenciales: ser uno, verdadero, bueno y bello.
Luego todos los bienes que rodean a las personas son aptos para ser embellecidos y la solidaridad entre los hombres inclina a trabajar en embellecer el ambiente que los rodea y acoge. Lo que afea a una ciudad son los vicios personales y colectivos de sus habitantes.
Embellecer a Torreón; ¿cuánto cuesta?, cuesta mucho si no tenemos amor por nuestra ciudad, cuesta mucho si no somos solidarios, cuesta mucho si nos anima el utilitarismo y la avaricia, cuesta mucho si no amamos y respetamos al prójimo, cuesta mucho si nos sentimos extraños en la ciudad, cuesta mucho si no tenemos orgullo, satisfacción y entrega por la ciudad, por Torreón.
Sabemos que en nuestras manos está, en gran parte, hacer de Torreón un lugar digno, ordenado, seguro, bello y esplendido para vivir. Luchemos solidariamente por un Torreón digno para todos y todos seremos dignos torreonenses para las futuras generaciones, “Más vale muchos de a poco, que pocos de a mucho”. Usted lector dice la última palabra.
