Un hombre de negocios, que había estado viajando, llegó a su casa después de haber pasado toda una semana fuera.
Al entrar a su casa lo primero que hizo fue gritar:
- ¡¡María!! Vengo que no me aguanto, ve quitándote la ropa que te voy a hacer el amor como nunca…
La esposa y él entraron en su habitación, se metieron en la cama e hicieron el amor de manera salvaje, brutal y escandalosa.
Fue tal el ajetreo y el ruido de la cama contra la pared, que al poco tiempo de empezar, escucharon unos golpes al otro lado de la pared y gritos desesperados del vecino, que les decía:
- Ya está bien, ¡¡¡Toda la semana igual, ya bastaaa!!!