POR: PEDRO BELMARES O.
Sin duda, el que escribe necesita plantearse ideas para poder crear todo aquello que deduce en su mente y así poder seguir escribiendo.
El pescador se levanta muy temprano, toma sus redes y sus cañas; navega hacia aguas tranquilas y empieza su labor.
La suerte para los dos es muy similar, porque todo queda en el destino, más hay que tener suerte.
El día se hace noche y, aun así, no aparece ni la percepción de ideas ni los peces, se ha puesto el anzuelo que es el gancho del pescador; asimismo, la mente en blanco para el escritor, hilando ideas una tras otra hasta formar un escrito.
Cuando se mueve la boya del anzuelo indica que el pez ya lo mordió para sacarlo con toda fuerza, para el escritor la idea se transmite en su mente y comienza a escribir.
El señor nos guía con su luz y su amor para poder hacer nuestra labor con dignidad y con respeto, somos sus manos para que el pescador pueda pescar y el escritor logre ideas y plasmarlas en el papel.