POR: ABEL ALCALÁ H.
Toda universidad actual lleva la ventaja de la reputación que en muchos casos le heredaron las universidades ancestrales, las que por su dedicación y descubrimiento de la verdad se ganaron el mérito de ser llamadas así: La universidad es la cúspide del saber superior y de su trasmisión.
Como toda organización humana las universidades no están exentas de vicios que afectan tanto a la institución como a las personas, entre los vicios de las universidades están la politización y el feudalismo de quienes ocupan los cargos directivos; entre las personales padecen el curriculismo, el afán de éxito y critica nada constructiva.
Las consecuencias de padecer esos vicios y no atenderlos con honestidad y real deseo de erradicarlos al máximo posible la Universidad pasa a convertirse en pluriversidad, es decir, nada hay en su quehacer académico que dé unidad a los diversos conocimientos que en ella se trasmite.
Estás mal llamadas universidades son realmente sirvientes de la tecnocracia, pues al no estar al servicio del saber superior se dedican al saber inferior que es la técnica que se pone en las manos del hombre para transformar todo lo que a su voluntad le apetezca y exija.
Veamos algunos de los vicios que tienen postradas a la gran mayoría de las “universidades” en México.
El culturalismo es el vicio de poner la cultura sobre la verdad, ciertamente la cultura tiene su asiento en las actividades mentales y manuales que realiza el hombre individual o socialmente en su supuesto provecho propio, sólo que ese propósito no la hace infalible, lo que debe buscarse es que la cultura y la verdad vivan en armonía, es decir, respetar su jerarquía.
La democracia intelectual es el vicio de erradicar la jerarquía del conocimiento y de la verdad por el facilismo; es decir que no hay opiniones superiores o inferiores, solo son distintas. La democracia intelectual iguala la verdad con la mentira, lo falso con lo verdadero, lo bueno con lo malo, lo saludable con lo dañino, etc. ¿luego para qué la Universidad si nada es verdad y nada es mentira?
La libertad sin verdad este vicio establece que la libertad se basta a sí misma y no requiere supeditarse a la verdad, luego la “libertad” se basaría para optar en el emotivismo, el sentimentalismo, en la ignorancia, la pasión y el instinto; se olvidan que no puede haber libertad sin verdad, que una universidad neutra es una universidad muerta.
El escepticismo es el vicio de desconfiar o dudar de toda verdad filosófica y científica por el gusto de hacerlo o por actitud de soberbia y lucimiento generando en los estudiantes un gusto por el voluntarismo y creer en lo que solamente le guste o sea de su agrado y placer.
El emotivismo es el vicio de determinarse a vivir de conformidad al conocimiento sensible y en especial a todo lo placentero guiado por su estado de ánimo y el apetito evitando todo lo que le produzca esfuerzo, dolor, angustia, lo que sin saber los lleva a su destrucción. Son los que buscan sustentar los Derechos Humanos en la emotividad.
El relativismo es el vicio de considerar que “cada cabeza es un mundo” cada uno tiene su verdad y “sus datos”, el conocimiento impartido en la universidad es solo una opinión más y nadie puede reprobar; Inscribirse y no morirse es recibirse.
La ética como religión es el vicio de considerar a la ciencia ética una rama de la religión y por tanto ser excluida de la formación universitaria, ahora nos explicamos porque la gran mayoría practicamos la deshonestidad y la corrupción.
La suficiencia engreída es el vicio de la arrogancia y jactancia del universitario que cree que sabe lo que no sabe y opina de todo como si fuera una autoridad en la materia y son aferrados para perseverar en el error, si se encumbran en puestos públicos o privados seguro destruirán o dañaran gravemente a la institución.
La rivalidad envidiosa es el vicio de atacar la jerarquía del saber y toda forma o sistema de méritos, rechaza las virtudes por considerarlas ajenas a la vida universitaria, promueven la abyección y el servilismo para triunfar en la vida.
El fideísmo es el vicio de creer en supuestas teorías científica que se imparten en las universidades para lo cual se pide la fe en lugar de la razón. Como es el caso de que el hombre desciende del mono, teoría que exige tener fe ciega en sus postulados y no exigir comprobación racional.
La pereza mental es el vicio muy socorrido y arraigado entre los universitarios (docentes, discentes, directivo, personal de apoyo, etc.) de realizar todo actividad con la ley del menor esfuerzo físico y mental lo que conduce al conformismo, a la mediocridad, al facilismo, etc. este vicio tiene el olor de un cuerpo humano en descomposición.
Estos vicios están llevando a las universidades públicas y privadas del país a la pérdida del sentido; se olvidan del fin del hombre y del destino humano, si los universitarios no corrigen el rumbo, pronto esas universidades se convertirán en reliquias de muesos y los estudiantes en víctimas destinados a la miseria intelectual y material.