POR: REDACCIÓN
Torreón, Coahuila.–
Un grupo de agricultores del ejido San Luis planea tomar severas acciones para contar nuevamente con los 100 litros de agua por segundo que el Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento les retiró al iniciarse los trabajos para la construcción de un colector general de aguas residuales, por lo que los productores ya han avisado al ayuntamiento que de no regularizarse la situación podrían llegar a bloquear la tubería que pasa por sus tierras, lo que provocaría serias inundaciones de aguas negras en una buena parte del norte de la ciudad.
Manuel Rangel Lucero, presidente del comisariado de la mencionada comunidad ejidal, dijo en entrevista con este semanario que, desde mayo de 1990, signaron un convenio (del cual Sin Censura tiene copia) con el entonces Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Coahuila, hoy Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento (SIMAS), “para la dotación de aguas residuales para uso agrícola”.
En el documento, se establece “… la cesión del uso de parte de las aguas residuales provenientes del colector “Rodríguez-La Joya”, … a favor del beneficiario (los productores el ejido San Luis), por un caudal de hasta 100 litros por segundo”.
A cambio, los ejidatarios permitieron la construcción la infraestructura necesaria para “… permitir que la conducción de aguas residuales mediante las obras necesarias, atraviese la propiedad del ejido”. Y así funcionó durante 30 años, hasta que, en mayo de este año, sin ser notificados por ninguna autoridad del ayuntamiento ni del SIMAS, iniciaron las obras que les redujeron la dotación de agua con que riegan decenas de hectáreas que son el sustento de sus familias.
De acuerdo con las autoridades municipales, existen quejas por parte de los vecinos que se ubican a los alrededores de las tierras cultivables del ejido San Luis, sin embargo, de acuerdo con Rangel Lucero, la situación es totalmente opuesta, pues el cultivo de maíz forrajero genera una economía importante en las colonias y comunidades rurales de los alrededores.
Asimismo, los ejidatarios negaron que las aguas negras que utilizaban fueran destinadas para el cultivo de hortalizas, pues están conscientes de que no son aguas que puedan utilizarse para el cultivo de alimentos para consumo humano, por lo que, las 147 hectáreas pertenecientes a 35 productores agrícolas, se destinan únicamente al cultivo de maíz forrajero.
Los campesinos se dijeron preocupados debido a que están a punto de perder la inversión que hicieron para poner a producir sus tierras, y que debido a la falta de agua están por perder la cosecha de este año y, por ende, el sustento para sus familias. Ante esta situación, dijeron estar dispuestos a tomar medidas desesperadas, entre ellas, sellar el conducto por donde todavía transitan más de 30 litros de aguas negras por segundo y que se ubica en sus tierras, lo que generaría inundaciones de aguas residuales en una de las zonas residenciales y comerciales de mayor plusvalía en la ciudad.
Sin embargo, los productores señalaron que esa será la última medida que tomarán en dado caso de que no reciban una respuesta que satisfaga a todas las partes, pues primero han recurrido a buscar la protección de la justicia a través de un juicio de amparo, mismo que promovieron ante el Juzgado séptimo de distrito con sede en La Laguna. La resolución del mismo se atrasó debido al cierre de los jugados por el brote de COVID-19, pero los productores esperan obtener la protección de la justicia federal, pues la sobras para desviar el flujo de agua se llevaron a cabo dentro de sus tierras, pero sin el permiso correspondiente por parte de los ejidatarios.
Además, los productores aseguran que el trasfondo no tiene nada que ver con los motivos expuestos por la autoridad municipal, pues afirman que el trasfondo es político y económico, pues más que encausar las aguas negras hacia la planta tratadora las están desviando para beneficiar a pequeños productores que, presuntamente, tienen nexos con una empresa lechera de presencia internacional.
“Nosotros lo que queremos es el agua que teníamos, pero nadie del SIMAS ni del ayuntamiento se han acercado con nosotros. Y sí no hacen el movimiento rápido, la gente está enojada, molesta, van a tapar ahí y se va inundar el Parque España y todos los alrededores”, añadió el líder de los campesinos.
Rangel Lucero dice que llegarán hasta las últimas consecuencias, pues se trata del sustento de sus familias, y no están dispuestos a ceder ante una autoridad municipal que, afirman, está haciendo negocio hasta con las aguas negras.