POR: ABEL ALCALÁ H.
Hay un viejo adagio que narra lo siguiente: “Se pelearon las comadres (compadres) y se dijeron sus verdades”, ese refrán nos presenta los acontecimientos belicosos que con la “supuesta detención” de Emilio Lozoya y su llegada a México están aflorando entre los liberales y neoliberales, los primeros encabezados por el presidente actual y los segundos por el expresidente Peña Nieto y sus padrinos y seguidores.
Si me preguntan cuál es la diferencia entre liberales y neoliberales, les digo que la única diferencia es el prefijo “neo”, pues ambos grupos pertenecen al mismo árbol de corrupción, demagogia y mediocridad. Para demostrar lo anterior veamos lo siguiente.
En un recorrido súper rápido sobre la historia de México, empezando por el gobierno de Benito Juárez, (1858-1872), de corte liberal, que inaugura, entre otras tácticas perversas, la práctica de usar el dinero público (erario) para la compra de voluntades (votos) de sus propios correligionarios para ganar la elección con la intención de perpetuarse en el gobierno.
De ahí en adelante la mayoría de los presidentes de la república que ha padecido el país, han sido de corte liberal y neoliberal hasta el presidente actual que se auto califica como liberal y lo que tienen en común entre ellos es que siguen el ejemplo, de Benito Juárez a quien consideran su faro, luz y guía, de corrupción y uso indebido del dinero público para fines sectarios y/o amasar grandes fortunas.
Para estos sectarios liberales y neo liberales los principios que señalan las ciencias no les importan, ellos son pragmáticos, el fin justifica los medios, por tal razón no creen en la dignidad de la persona y los derechos que de ella se desprenden, la ética o filosofía moral es contraria a sus acciones, ellos se guían por la corrupción, la demagogia y la mediocridad; ahí tienen la explicación del por qué la vida miserable de los mexicanos.
Los tres pilares que sostiene su altar y siguen fielmente son; La Corrupción que es el abuso del poder para beneficio propio. Puede clasificarse en corrupción a gran escala, menor y política, según la cantidad de fondos perdidos y el sector en el que se produzca. Llevamos más de 160 años de corrupción en México.
La demagogia que emplean con halagos, falsas promesas que son populares pero difíciles de cumplir y otros procedimientos similares para convencer al pueblo y convertirlo en instrumento de la propia ambición política. Si la corrupción se exportara, seríamos la primera potencia mundial en producir corrupción.
La mediocridad que promueve en todos los niveles de la población e indica algo o alguien que no presenta la calidad ni el valor que sea mínimamente aceptable para su entorno. La palabra mediocre proviene del latín mediocris que significa “medio” o “común”. La palabra mediocre es utilizado como sinónimo de: mezquino, mediano, vulgar y común. Esa es la causa de que el pueblo mexicano se ahoga en mediocridad y viva en el subdesarrollo y la miseria.
Con eso tres pilares perversos nos venden la idea que vivimos en una democracia y a través de ella nos llevaran al paraíso terrenal sin trabajar, sin esfuerzo y sin estudio y preparación. ¿Acaso se puede llevar a un país al desarrollo y progreso a través de la corrupción; la demagogia y la mediocridad?-
A los liberales y neoliberales no les importa el pueblo, ni la república, ni acabar con la miseria, inseguridad, el desempleo, ni la salud popular, ellos buscan el poder y el dinero para imponer su ideología para esclavizar al pueblo y mantenerlo en la miseria
Por pleitos y revanchas entre liberales y neoliberales descapitalizaron al campo; dejaron sin recursos al IMSS, ISSSTE y otros Servicios de Salud, destruyen Pemex y la CFE, eso sí, se doblan ante consignas extranjeras para destruir la familia, el matrimonio hombre -mujer, quieren imponer el aborto y la eutanasia, acabar con la educación privada y las universidades autónomas, incrementar los precios e impuestos, hacer más miserable a los mexicanos.
Usan las instituciones de la república y sus recursos para dirimir sus diferencias y finalmente, como es su costumbre, se arreglarán en lo oscurito para repartirse la presa (el botín del erario) a espaldas de los mexicanos, que verán cómo de un día para otro se termina el “pelito” y para su desgracia todo siga igual o peor para México y los mexicanos.