POR: REDACCIÓN
Ciudad Delicias, Chihuahua. -
Jaime “N” y Jessica “N”, una pareja de agricultores originarios del municipio chihuahuense de Meoqui, fueron atacados la noche del martes 8 de septiembre en Delicias, cuando regresaban a su hogar después de participar en las protestas contra la extracción de agua de la presa La Boquilla, momento en el que recibieron disparos por parte de elementos de la Guardia Nacional (GN). Jessica murió en el lugar de los hechos, mientras que Jaime, su marido, se encuentra hospitalizado y aún delicado de salud, de acuerdo con el parte médico.
Las versiones sobre lo sucedido esa trágica noche son encontradas, pues mientras hay quienes aseguran que la pareja fue atacada sin motivo aparente por los elementos de la GN, la institución afirma que el enfrentamiento se dio luego de la detención de tres personas en posesión de armas, y que al ser trasladadas para su puesta a disposición ante el ministerio público, los elementos fueron atacados por civiles armados, por lo que repelieron la agresión, enfrentamiento que derivó en la muerte de la esposa del productor agrícola.
El jueves 10 de septiembre, la GN confirmó la puesta a disposición ante la Fiscalía General de Justicia de Chihuahua de 17 elementos involucrados en el presunto enfrentamiento, instancia ante la que rendirán su declaración para deslindar responsabilidades en los hechos en los que murió la joven madre de familia, primera víctima mortal de la guerra por el agua que se libra en territorio chihuahuense.
POR LA ESPALDA
Al respecto de los hechos donde perdió la vida Jessica, Salvador Alcántar, presidente de la Asociación de usuarios de Riego del Estado de Chihuahua, afirmó que los disparos que recibieron Jessica y Jaime fueron realizados por “…la espalda… y estamos pidiendo que se investigue a fondo y se dé con los responsables. No es posible que un evento de esta naturaleza derive en un hecho de sangre”. El líder de los agricultores no dudó en señalar que lo acontecido con sus compañeros de lucha fue un “sacrificio”: “yendo estas gentes a su lugar de origen los interceptan y los sacrifican, es un hecho bastante lamentable”.
Asimismo, afirmó que el dicho de la guardia nacional no se sostiene, pues no parecen existir elementos para afirmar que los efectivos repelieron una agresión, y agregó que esa versión se cae por sí misma: “… cuando hicieron la revisión (del vehículo de Jaime y Jessica), las víctimas no traían armas”.
En ese mismo sentido se pronunció el diputado federal chihuahuense Alan Jesús Falomir Sáenz, de Movimiento Ciudadano, quien en tribuna exigió que se “… castigue a los miembros de la guardia nacional por este asesinato, que no permitiremos que quede impune, ya que hay algo que este gobierno federal no termina de entender: en Chihuahua no nos vamos a rajar, y si usted presidente (López Obrador), insiste en mandar las corporaciones federales y encarcelar a los líderes productores por esta legítima defensa del agua, de una vez le informo que tendrá que pedir apoyo a otros ejércitos, porque los casi cuatro millones de chihuahuenses estamos listos para defendernos con todo”.
Después de la agresión contra sus dos compañeros, el nivel de tensión entre agricultores y miembros de las fuerzas del orden creció, pues el jueves por la tarde productores de municipios vecinos a Camargo, San Francisco de Conchos y La Boquilla (comunidad perteneciente a Conchos y donde se ubica la presa), epicentro de los disturbios, se dieron cita en las inmediaciones de la presa para apoyar a sus compañeros de lucha. De acuerdo a testimonios recabados por Sin Censura, contingentes de Parral y Ojinaga se dieron llegaron desde la tarde del jueves para continuar con la defensa del agua.
Esa misma noche del jueves, pobladores y manifestantes apostados en San Francisco de Conchos, a los alrededores de la Presa, reportaron que apenas oscureció y “se fue la luz”. Ernesto, uno de los manifestantes, afirmó que por la noche la presa se encontraba “completamente a oscuras, cuando hay un apagón entran las luces de emergencia, pero ahora no funcionan, y las llamadas se cortan o no entran”.
Los agricultores pasaron la noche del jueves y madrugada del viernes en vela, pues esperaban una intervención sorpresa por parte de los elementos de la guardia nacional. Antes de iniciar la vigilia, los campesinos, reunidos a los alrededores de la presa, guardaron un minuto de silencio por la muerte de Jessica, luego, entonaron el Himno Nacional Mexicano, y finalmente gritaron a una sola voz una consigna: “¡aquí los estamos esperando!”.
