POR: AGENTE 57
Arrancamos… VERSION SOBRE UNA LAPIDACIÓN DE JESÚS. Enoch Powell, ex ministro conservador británico, sorprendió a los teólogos anunciando, a través de un libro, que Jesucristo no murió crucificado por los romanos, sino lapidado por orden de las autoridades judías, que lo acusaron de blasfemo. Se trata de una nueva interpretación suya del evangelio según San Mateo. Las teorías de Powell, expuestas en 1994, fueron aceptadas por algunos teólogos y rechazadas por otros. Powell empieza por destacar que el Evangelio de San Mateo fue un producto de varias revisiones y que muchos párrafos fueron retocados, manipulados y mal interpretados posteriormente. Powell destaca que: <<Este documento recogía las palabras y las acciones de Jesús solo para demostrar su identidad como hijo de Dios, y que esta osadía es la que le llevó a morir a pedradas acusado de blasfemo>>. Powell basa este tipo de muerte en el hecho que, en aquellos tiempos, la lapidación era la muerte característica para los blasfemos, y no la crucifixión que se reservaba para los delincuentes y los traidores a Roma. Para un blasfemo que se autodenomina <<hijo de Dios>> no se reservaba una muerte costosa, ya que la cruz de madera, su transporte, la crucifixión y la vigilancia por parte de los soldados romanos requería unos costes superiores a una simple lapidación. Regresemos nuevamente a las versiones del Nuevo Testamento y centrémonos en episodio del golpe de gracia, la lanza que Longinos clavó en el costado de Jesús. Un episodio que solo narra Juan, y del que los otros evangelistas no hacen la menor referencia, Juan lo narra así: <<Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas. Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua>> [Jn. 19:33-34]. Longinos es el centurión que clava su lanza en el costado de Cristo durante el episodio de la crucifixión, luego según una tradición tardía se hizo cristiano y protagoniza un ciclo legendario medieval. ¿Pero existió Longinos? Todo parece indicar que un centurión con ese nombre clavo su lanza en el costado de Cristo. Luego la lanza de Longinos se convierte en un objeto de leyenda como el Santo Grial, y aquí se atribuye a esta lanza poderes ocultos que podían ser usados para el bien y para el mal. La lanza de Longinos se convierte en un arma que todos los conquistadores quieren tener en sus manos, ya que les asegura el triunfo. Este objeto pasó por las manos de Herodes el Grande y más tarde la tuvo Carlomagno, así como otros personajes históricos. Finalmente la lanza termina en el Kunsthistorische Museum, de Viena, hasta que Adolfo Hitler invade Austria y se la lleva a Berlín, ya que cree que teniendo esta lanza en su poder podrá conquistar el mundo. La lanza es recuperada por el ejército americano en 1945, es encontrada en la Fortaleza de Nuremberg, tras el pasadizo secreto de la Oberen Schied Casse, en un estuche de cuero, sobre un altar de tres metros de altura que había sido robada de la iglesia de Santa María de Cracovia, Polonia. Hoy vuelve a estar en el museo de Viena, en una vitrina. Se trata de sus piezas atadas con hilo de plata. En la punta de la hoja aparece uno de los clavos de la Cruz de Cristo, sujeto con el hilo de oro, plata y cobre; la base, por una parte, está adornada con cruces doradas. Pero la realidad es que los historiadores dicen que es, supuestamente, la lanza de Longinos, sin poder asegurar que se trate de la auténtica. MI VERDAD.- Crea en lo que usted considere, esa será su verdad.