POR: JUAN MARTÍNEZ VELOZ
juanmartinez_veloz@yahoo.com.mx
En días pasados recordamos los lamentables sucesos de febrero de 1913 que terminaron con la vida del presidente Francisco I. Madero y el Golpe Militar organizado en su contra por Victoriano Huerta. Son actos relevantes para los coahuilenses y para México pues el régimen político de hoy sentó sus bases en aquellos años.
¿Cómo era la vida político-electoral de aquellos días, ya tan distantes en el tiempo, pero cercanos en el corazón de la mayoría de los mexicanos?
Veamos:
En los nuevos comicios que se organizaron después de que Porfirio Díaz abandonara el poder, Francisco I. Madero fue electo presidente de la república apoyado por el Partido Nacional Antirreeleccionista noviembre de 1911, obteniendo el 99.26% de los votos y José María Pino Suárez el 63.89% como vicepresidente (1), mediante el sistema de votación indirecta proveniente del siglo XIX.
En esa época, con motivo de la efervescencia electoral se formaron varias organizaciones políticas que no llegaron a madurar debido a la inestabilidad del país que se generó con el derrocamiento de Madero del poder por parte de Victoriano Huerta, entre otras cabe señalar al Partido Católico Nacional y el Partido Nacional Independiente fundados en mayo de 1911, así como el Partido Constitucional Progresista organizado por el propio Madero en julio de ese año.
En el terreno electoral el presidente orgullosamente coahuilense, originario de Parras de la Fuente, promovió una reforma al artículo 78 constitucional ante el Congreso para determinar que el Presidente y Vicepresidente de la República durarían en su cargo seis años y nunca podrían ser reelectos. Asimismo que el titular del Poder Ejecutivo nunca podría ser electo como Vicepresidente y que este nunca podría ser electo como Presidente para el período inmediato (2).
Es en este contexto que el 19 de diciembre de 1911 Francisco I. Madero expide la primera ley electoral que reglamenta en su artículo 117 la existencia de partidos políticos. Este ordenamiento legal propiciaría la proliferación excesiva de partidos regionales y locales al establecer que solo se requerían 100 miembros para constituirlos.
El 26 de abril de 1912 el presidente Madero promulga también (previa aprobación del Congreso de la Unión), el decreto que reformaba la ley electoral para establecer el voto directo de la ciudadanía para la elección de diputados, senadores, un viejo anhelos de los liberales del siglo XIX que no había prosperado.
Debido a la inestabilidad política del país, ninguna de las incipientes organizaciones que se formaron bajo el amparo de esta ley logró consolidarse como fuerza política nacional. El gobierno de Madero solo duro 15 meses en el poder y durante la Revolución (1910-1930) no hay partidos en el sentido moderno del término, ya que toda la actividad política se desarrolla en las filas de los ejércitos y el poder se desgaja en miles de núcleos espontáneos de lucha (3).
Victoriano Huerta, depuso mediante un Golpe de Estado a Francisco I. Madero del poder, quien conjuntamente con José María Pino Suárez fue asesinado el 22 de febrero de 1913, asumiendo el primero la presidencia de la República a finales de ese mes.
El dictador duró pocos meses en el gobierno. Venustiano Carranza (gobernador de Coahuila) mediante el Plan de Guadalupe (4) planteó a la nación el desconocimiento de los poderes de hecho que detentaba Huerta y el reestablecimiento del orden constitucional.
Al resultar los Constituyentes victoriosos, después de algunas batallas y derrotar militarmente a Victoriano Huerta se firmaron los Tratados de Teoloyucan (5).
Venustiano Carranza fue electo como presidente de la República ya mediante el voto directo en 1916 apoyado por el Partido Liberal Constitucionalista y obtuvo el 98.07% de los votos (797,305).
El Constituyente del 17 dio un primer paso para favorecer la formación de partidos políticos en México al reconocer en el artículo 9º. y en el 35, fracción III, el derecho de los ciudadanos para asociarse y tratar los asuntos políticos del país.
A pesar de la expedición de un nuevo ordenamiento constitucional, las pugnas revolucionarias continuaron y el general Álvaro Obregón, mediante la Rebelión de Agua Prieta del 23 de abril de 1920 se apoderó por vías de hecho de la primera magistratura de la nación y tras un breve interinato de seis meses de Adolfo de la Huerta (6), convocó a elecciones y fue electo con el 95.78% de los votos (1.131,751) sobre su mas cercano contendiente Alfredo Robles Domínguez quien obtuvo el 4.01% de los sufragios (47,442).
La campaña electoral de Obregón fue apoyada por incipientes partidos de esa época, el Partido Nacional Agrarista, el Partido Laborista Mexicano, el Partido Nacional Cooperativista y el Partido Liberal Constitucionalista.
El general sonorense gobernó el país de 1920 a 1924, y tras un interinato de Adolfo de la Huerta logró imponer a Plutarco Elías Calles como su sucesor en la Presidencia de la República (1924-1928).
Consolidado el Grupo Sonorense en el poder, posteriormente Plutarco Elías Calles fue electo como presidente de la República para el período de 1924 a 1928 propuesto por los mismos partidos que apoyaron a Obregón, obteniendo el 84.14% de los sufragios (1. 340,674) sobre su mas cercano competidor, el candidato independiente Ángel Flores quien obtuvo el 15.86% de los votos (252,599).
Obregón dada su gran fuerza política que detentaba en esa época logró impulsar en enero de 1927 y 1928 una reforma constitucional en la Congreso de la Unión que autorizó la reelección de Presidente de la República, quien se presento en 1928 como candidato único y obtuvo el 100% de los votos (1.670,453), hecho que motivaría una nueva crisis política de la familia revolucionaria.
Durante esta etapa de consolidación del nuevo Estado mexicano emanado de la revolución, surgieron numerosos partidos nacionales y regionales que tampoco - al igual que sus antecesores en el siglo XIX no lograron consolidarse como instituciones políticas permanentes, representaron más bien brazos políticos para defender los intereses de caudillos y caciques regionales.
Entre éstos partidos, cabe destacar los siguientes: Partido Liberal Constitucionalista (1916), Partido Nacional Cooperativista (1917), Partido Socialista del Sureste (1918), el Partido Laborista (1919), Partido Comunista Mexicano (1919), Partido Nacional Agrarista (1920), Alianza de Partidos Socialistas (1920) (7).
Dentro de los partidos regionales que se organizaron destacan el Partido Liberal Independiente de Sonora, el Partido Socialista de Yucatán, el Partido Socialista Agrario de Campeche, el Partido Liberal Jalisciense, la Confederación de Partidos Guanajuatenses, el Partido Socialista Fronterizo, entre otros (8).
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(1) Para conocer la estadística electoral de México, en elecciones presidenciales y de diputados federales de 1910 a 1982, puede consultarse a “Constitución Mexicana, 70 años después”, tomo VI, UNAM, México, 1988, pp. 359-372.
(2) Promulgada el 28 de noviembre de 1911.
(3) Lajous, Alejandra: Los Partidos Políticos en México, Premia Editora, México, 1985, p. 15.
(4) Expedido en la Hacienda de Guadalupe, Coahuila (cerca de Monclova) el 26 de marzo de 1913.
(5) Estos Acuerdos se firmaron el 13 de agosto de 1914 en el Camino Nacional de Cuautitlán a Teoloyucán entre el general Álvaro Obregón como representante del Ejército Constitucionalista y G. A. Salas y O. P. Blanco por parte del Ejército Federal.
(6) Del 1º. de junio al 30 de noviembre de 1920.
(7) Para mayores datos sobre éstos partidos, puede consultarse el trabajó histórico documental de Alejandra Laujous”Los Partidos Políticos en México”, op. cit.
(8) Para conocer la historia de estos partidos puede verse la obra de Fuentes Díaz, Vicente; “Los Partidos Políticos en México”, Ed. Altiplano, pp. 199-220.