EL “LINCHAMIENTO” MEDIÁTICO CONTRA AMLO
Epigmenio Ibarra es un personaje muy inteligente, muy respetado, que ha sobresalido como periodista y productor de películas y series, a través de su empresa Argos, que tienen una gran calidad por su contenido social y político, mismas, que cuentan con una gran audiencia.
Ibarra siempre ha sido un periodista e intelectual crítico y siempre estuvo en contra de la corrupción del viejo régimen priista y panista.
Cuando Andrés Manuel López Obrador, fue Jefe de Gobierno del Distrito Federal, desde entonces, Epigmenio Ibarra, en convirtió en un aliado y defensor de la causa lopezobradorista. Aguantó y se mantuvo firme todos estos años, y a pesar de los tropiezos y los errores garrafales de AMLO, a lo largo de su ruta hacia la Presidencia de la República, permaneció y sigue fiel al ahora Presidente.
En su colaboración en Milenio Diario, del miércoles 20 de Noviembre, dedica su columna, a criticar, lo que él considera, un linchamiento mediático contra el Presidente, solo comparado -dice Ibarra- con aquella época en la que la prensa se volcó en críticas, burlas, y defectos del Presidente Francisco I. Madero.
Y recurre, como hace algunas semanas lo hizo AMLO, a comparar estas dos tapas, restregándoles en la cara, a la “prensa vendida”, que no habían tenido nunca como hoy, tanta libertad para expresarse, atacar, criticar y resaltar los errores del régimen lopezobradorista.
Y, ambos personajes, reclaman a los medios y a los periodistas independientes (y dependientes), que, o, es porque ya no reciben “chayote” (embute, marmaja, dinero, pues, del gobierno de AMLO, como lo recibían en los regímenes priistas y panistas), así de simple es la explicación o, el pretexto, para la descalificación, agarrando parejo y metiendo en el mismo costal, tanto a los medios y periodistas “chayoteros”, como a los auténticos periodistas independientes.
Curiosamente, cuando la Revista Proceso que comenzó señalar dislates, decisiones sin sentido y actos de corrupción dentro de la 4T, y del presidente mismo, Andrés Manuel López Obrador, en un mañanera, López se enfrascó en un debate con unos de los más sobresalientes periodistas de Proceso -que dicho sea de paso, el Gobierno de López Obrador, le había retirado a la Revista, toda la publicidad oficial- pero después de duras críticas que recibió de parte de medios y periodistas que tacharon esa decisión de arbitraria y contraria al libertad de expresión, a la semana siguiente, la publicidad no sólo regresó a Proceso, sino que se multiplicó. ¿Chayote camuflado?.
Pues bien, volviendo a Epigmenio Ibarra, este comienza su artículo, diciendo: “No tengo memoria en mi 68 años de vida de un gobierno y un Presidente de México que hayan sido objeto de un ataque tan virulento, masivo y sistemático por parte de los medios de comunicación y los periodistas como lo es ahora, y lo fue desde antes de tomar posesión, Andrés Manuel López obrador...” Y continua: “Para López Obrador el ser víctima de un linchamiento mediático no es algo nuevo. En la mira del sistema político -y de los medios- ha permanecido toda su vida pública...” Y luego, como vulgarmente se dice, Ibarra, revira y se queja de lo que antes, personajes, periodista serios y grupos organizados, sufrían por los ataques virulentos y llenos de odio por los seguidores de AMLO en las ahora -”ya no tan benditas- dice Ibarra- redes sociales.
Tal vez, Epigmenio Ibarra, no se acuerda o no reconoce, que su ídolo, AMLO, ha sido siempre Ave de mil tempestades, desde la toma de pozos de Pémex; su enfrentamiento permanente con Vicente Fox, cuando fue Jefe del Gobierno del Distrito Federal; del teatro que montó, cuando le “arrebataron”, por primera vez la presidencia y se proclamó, “Presidente Legítimo”, portando la Banda presidencial juarista; del bloqueo por meses del Paseo de la Reforma; que cometió errores garrafales, que le costaron pérdida de seguidores; y no se diga de su segunda incursión para la Presidencia, cuando, prácticamente, desaparece de la escena política y regresó para su segunda postulación, para competir contra Enrique Peña Nieto, donde hubiera tenido muchas posibilidad de ganar, si no se hubiera cerrado a aceptar el apoyo de algunos partidos como Nueva Alianza, cuya dueña, era Elba Esther Gordillo, cuyos votos hubieran sido la diferencia, pero no, el impoluto candidato, no quiso nada con la mafia del poder, a los que ahora ya como Presidente, no solo los rescató, sino que los tiene encumbrados dentro de su Gobierno.
Y de sus caprichos, errores y decisiones, ya como Presidente, ni se diga. Y si esto se le agrega su rijosidad, su mal talante y bravuconadas y falta de respeto contra los medios y periodistas, personajes y organizaciones.
¿Qué esperaba, Epigmenio Ibarra, que iba a pasar?
AMLO no es un hombre humilde, es soberbio; AMLO no es un hombre centrado, va de bandazos en bandazos; AMLO no tiene palabra, muchas veces, acuerdos serios con varios sectores, los ha roto sin justificación alguna; AMLO es un hombre resentido contra la sociedad, pues considera que ésta lo traiciono dos veces; AMLO no entiende que él es Presidente de todos los mexicanos, que solo 30% votó por él y de éstos, ha perdido, en este año, un 10% de sus seguidores, porque no entiende, que no entiende. El país está polarizado, por su culpa; el país está estancado, por su ignorancia y caprichos; millones de mexicanos se quedaron desprotegidos por los recortes draconianos a la salud, a las estancias infantiles, y para colmo, la violencia se ha incrementado como ninguno otro sexenio.
¡Y así quiere que los mexicanos le aplaudan!
Por cierto, ¿no es un delito que Andrés Manuel, como Presidente, promueva su nuevo libro en la mañanera? Ese libro, ahora supera a Harry Potter en Amazon. Si no es ilegal, cuando menos, es inmoral.