POR: ABEL ALCALÁ H.
Es muy lamentable e indigno ver a las autoridades municipales y a los gobernantes de los estados formarse como limosneros en las secretarias de la federación para extender las manos y recibir las limosnas de los virreyes de la federación.
Como también llena de vergüenza las posturas de los diputados y senadores del “pueblo y de los estados” respectivamente, que como lacayos aprueban las iniciativas de ley de ingresos y egresos que les envía el supremo poder a través de su virrey.
Lo anterior genera que los estados y municipios, que están subordinados a los caprichos del autócrata, nunca puedan generar desarrollo y progreso para sus habitantes en sus respectivos estados y municipios.
Cuál es el origen de esta situación. Veamos si la respuesta está en la Constitución Política y en ordenamientos secundarios.
Esto es lo que mandata la Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, Artículo 40°.- “Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental”.
Claro que nunca se deduce de este artículo 40°., que las autoridades emanadas de la voluntad de los habitantes de cada estado y municipio sean súbditos y lacayos de los poderes de la federación.
Si comparamos la relación de los Estados Unidos de Norteamérica y su Federación con la nuestra, constatamos que entre aquellos si hay respeto a su libertad y soberanía y que cada Estado y Condado, desarrollan todo su potencial en su provecho y luego comparten con la federación.
Veamos ahora como se relacionan los Estados y Municipios con la Federación, en lo referente a los ingresos fiscales, firman un convenio conocido con la Ley de Coordinación Fiscal, en qué consiste esa ley: “La esencia de la Ley de Coordinación Fiscal consiste en que la Federación y los Estados puedan firmar convenios de Coordinación Fiscal, por medio de los cuales los estados se comprometen a limitar sus potestades tributarias a favor de la federación, a cambio de obtener una participación en los ingresos fiscales…”.
Actualmente los Estados y Municipios están sometidos a una Ley de Coordinación que en la actualidad es sumamente ventajosa para la Federación, quién a través de ella ejerce un poder que vulnera la soberanía y libertad de Estados y Municipios ocasionando innumerables daños y perjuicios al desarrollo y progreso de los mismos.
Ni usted ni yo somos expertos en Derecho Constitucional, ni tampoco en leyes, reglamentos circulares y acuerdos fiscales, pero el sentido común nos hace entender qué es soberanía y libertad, por lo que podemos expresar un comentario basado en la experiencia y ese comentario es que las cosas no están bien en la federación, ni en los estados y menos en los municipios.
Lo más dañino es que los municipios que son los que tienen el contacto directo con los ciudadanos y los obligados a satisfacerles en todos los servicios públicos y administrativos, están supeditados tanto al Estado y a la Federación, burlando o pisoteando lo establecido en el artículo 115 ° de la propia Constitución Política.
Una acción verdaderamente de transformación que puede y debe hacer el gobierno central es revisar la Ley de Coordinación Fiscal y otras como las de seguridad, etc., y establecer no sólo presupuestos democráticos sino justos y proporcionales, donde el primer beneficiado sea el Municipio, en seguida el Estado y al último la Federación.
Recordando que la ley vigente de Coordinación Fiscal la hicieron los neoliberales, los fifís, los conservadores para someter al pueblo en la miseria. Ahora está en manos de Ejecutivo Federal transformar la ley para acabar la miseria y combatir la corrupción.
