POR: SAMUEL CEPEDA TOVAR
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Aún no es una realidad, pero la intención genera escozor, el solo hecho de imaginar que una organización o gremio de maestros vuelva a tomar las decisiones en lo que respecta a la asignación de plazas docentes genera temor y no encuentro otra palabra que defina este atentado a la educación en México, que no sea la palabra RETROCESO. Pero el atentado no termina aquí, pues se pretende también eliminar las evaluaciones docentes, estos instrumentos que intentan asegurar la calidad con la selección de los mejores elementos para estar frente a las aulas en el desarrollo del proceso educativo nacional. En lo personal, considero que la reforma educativa del sexenio de Enrique Peña Nieto fue la única reforma que realmente tuvo significado y suponía ser un cambio urgente y necesario para el desarrollo del país. Las plazas docentes fueron por muchos años heredades a familiares o amigos sin vocación de servicio, en otros casos vendidas al mejor postor porque estas aseguraban una vida de estabilidad económica, y hasta se podía contar con varias plazas, aunque fuese humanamente imposible cumplir con el tiempo laboral que estas requerían. Los resultados de este viciado sistema afectaban directamente a los alumnos, quienes lamentablemente y por obvias razones, siempre han ocupado los últimos lugares en las pruebas internaciones de evaluación educativa colocándonos en la categoría de un país de reprobados. La reforma educativa del sexenio peñista, suponía un parteaguas entre viejas y perniciosas usanzas y un sistema de asignación de plazas signado por la evaluación, la competencia y el concurso público. De pronto, la comisión de educación de la cámara de diputados busca avalar la propuesta de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) para que esta, a través de la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros, les permita decidir la asignación de plazas y la supresión del examen de admisión para obtener plazas docentes. De pronto pareciera que la Cuarta Transformación se empeña en seguir al pie de la letra la consigna de Vladmir Ilich Ulianov, Lenin, que plasmara en su libro denominado “un paso adelante, dos pasos atrás”; y es que de pronto la 4T realiza acciones que son plausibles, dignas de celebrar y que son necesarias como el combate a la corrupción y la austeridad, y de pronto, asesta golpes directos contra el desarrollo de México con este tipo de iniciativas que si bien no se atribuyen aún a la bancada morenista en la cámara de diputados, pues aún se encuentra el asunto en comisión, de sobra se sabe que la CNTE apoyó a AMLO en campaña exigiendo a cambio no solo la derogación de la reforma educativa peñista, sino el control de asignación de plazas y el fin de las evaluaciones, y al parecer, la hora del pago ha llegado en detrimento nuevamente de todos los mexicanos. El artículo 39 de la ley del sistema de carrera, ya incluía en su primer borrador que los miembros del sindicato solo podían hacer observaciones a las designaciones, lo cual era válido y aceptable, pues se les daba su lugar como sindicato, no como patrón, situación que ahora con la iniciativa se les pretende otorgar. Por el bien de México, de nuestros alumnos, de nuestro sistema educativo, la medida debe encontrar resistencia y finalmente ser rechazada, pues no podemos echar por tierra un sistema basado en la mejora continua que encuentra sustento en las evaluaciones de admisión al magisterio.
