POR: FERNANDO RANGEL DE LEÓN
El 1 de septiembre de cada año, el Presidente de República, tiene la obligación de rendir a la nación su informe acerca del estado que guarda la administración pública federal; pero también tiene el derecho de presentar hasta dos iniciativas de ley para trámite preferente, en la sesión de apertura del periodo ordinario de sesiones del Congreso de Unión, en esa misma fecha.
En este día el Presidente Andrés Manuel López Obrador, presentará la iniciativa de la Ley de Amnistía, ante la Cámara, que elija; la que como cámara de origen tendrá como plazo máximo 30 días naturales para votarla; hecho lo cual inmediatamente la enviará a la otra Cámara, que será la cámara de revisión la que tiene otros 30 días también para votarla; de tal suerte que la Ley de Amnistía, una vez que se apruebe, promulgue y publique iniciará su vigencia el 1 de noviembre de este 2019.
Con esa ley federal el Estado olvida o perdona a los responsables de los delitos que están a punto de enfrentar un juicio oral o estan siendo ya procesados o cumpliendo una condena de prisión, para no perder su libertad o recuperarla; pretendiendo con ello que en México haya reconciliación y paz.
La finalidad de las leyes de amnistía en la historia del mundo, es apaciguar en parte los rencores y resentimientos inseparables de las víctimas y sus familias de luchas sociales y políticas, que se encuentran presos en las cárceles federales del país; y que por su pobreza carecen de los recursos económicos para una adecuada defensa legal a fin de que no se les violen sus derechos humanos y garantías constitucionales en juicios en los que no se respeta el debido proceso; que debe de tener como base el derecho humano de ”presunción de inocencia” .
También tiene el propósito esta ley de olvido y perdón, de liberar a cientos de miles o un millón o más de indígenas, ejidatarios, campesinos y gente pobre, que víctimas del hambre fueron utilizados como instrumentos ciegos para la siembra, el cultivo, la distribución y el comercio de drogas por parte de la delincuencia organizada; y que no tuvieron otra tabla de salvación para llevar comida a su familia, que ser peones de los traficantes de droga.
En lo que hay que poner el acento es que con esta ley de amnistía no se beneficie a los de la delincuencia organizada y a quienes hayan cometido delitos de homicidio con las agravantes de la ley, violación, feminicidio, secuestro y otros delitos graves.
Si esta ley de olvido y perdón contribuye a la paz y reconciliación de la nación; que sea bienvenida.
¡Enhorabuena!