POR: FERNANDO RANGEL DE LEÓN
El artículo 11 Constitucional, dice: “Toda persona tiene derecho para entrar en la República, salir de ella, viajar por su territorio y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvoconducto u otros requisitos semejantes. El ejercicio de este derecho estará subordinado a las facultades de la autoridad judicial, en los casos de responsabilidad criminal o civil, y a las de la autoridad administrativa, por lo que toca a las limitaciones que impongan las leyes sobre emigración, inmigración y salubridad general de la República, o sobre extranjeros perniciosos residentes en el país. En caso de persecución, por motivos de orden político, toda persona tiene derecho de solicitar asilo; por causas de carácter humanitario se recibirá refugio. La ley regulará sus procedencias y excepciones”.
México es el paso necesario por tierra de los migrantes de Guatemala, Honduras y El Salvador, en tránsito a EE.UU., en busca del “sueño dorado”; a quienes en nuestro país les daban facilidades para entrar y pasar; lo que hizo que aumentara a decenas de miles de inmigrantes centroamericanos, que pasaban a Norteamérica; creándole un problema migratorio al gobierno de Washington, D.C., quien solo quiere inmigrantes documentados; culpando al gobierno de México, de permitir la entrada, el tránsito y la llegada de nuestros hermanos del sur a su frontera.
No teniendo el gobierno Norteamericano ningún derecho de Derecho Internacional, que hacer valer en contra de México para impedir y detener a los inmigrantes centroamericanos, en respeto a su soberanía; entonces recurrió a la amenaza de que si no lo hacía, impondría aranceles que irían del 5% al 25% a todos los productos mexicanos que se exportaran a su país; habiendo anunciado la aplicación del cobro de esos impuestos de importación, para el pasado lunes 10 de junio; lo que no aconteció gracias a la diplomacia del gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador; operada por su Secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard Casaubón; dando el Presidente Donald Trump, 45 días a nuestro gobierno para controlar la migración, amenazando que en caso de no hacerlo, impondrá los aranceles.
Por lo que todos los mexicanos debemos de contribuir para que con absoluto respeto a los Derechos Humanos de los centroamericanos, se controle el flujo migratorio.