Torreon, Coah.
Edición:
18-Nov-2024
Año
21
Número:
927
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COMENTARIOS AL RAS / 706


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Por:
Comentarios Al Ras
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16-06-2019
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FRAGMENTOS DE MI VIDA Y NACIMIENTO DE SINCENSURA

Algunas partes de este escrito, las expresé el día que festejé mi cumpleaños, solo para dejar constancia de lo difícil que es la vida cuando no se nace con fortuna (dinero).

Cuando era niño, quería ser adolecente; cuando fui adolecente, quería ser joven; cuando estaba en mi juventud, quería ser adulto; cuando llegué a la madurez, quise  quedarme para siempre en esa etapa. Pero se me vinieron encima los años, y heme aquí atrapado en un cuerpo de 50 años, con salud, vigor y claridad mental, pero, sin embargo,  soy en realidad un hombre ya grande, un adulto mayor, un sexagenario, ¡un viejo! Eso sí, con mi flamante credencial del INAPAM.

Llegué a mis 65 años en plenitud, satisfecho de lo que hecho y lo que he cosechado. Si hubiera diseñado un plan de vida para mi retiro, creo que nunca hubiera logrado alcanzar mis metas, ni cumplido muchos de mis propósitos. Porque cuando uno nace pobre y de familia numerosa (fuimos 10 hermanos), no se puede fijar metas, sino sueños, quimeras de lo que te gustaría  llegar a ser.

Quienes nacen con dinero, solvencia económica, ricos pues, pueden controlar algunas variables y escoger un determinado tipo o estilo de vida; pueden estudiar lo que en verdad le gusta y les apasiona, y si es inteligente, casi siempre lo logra. Mis sueños rondaban en ser un médico o un artista plástico, pero la vida me dio limones, y aprendí a hacer limonadas.

La temprana muerte de mi padre, cambio radicalmente el rumbo de mi vida. Recién había entrado a la preparatoria, y me vi obligado a renunciar a ella, para, con la ayuda de un gran amigo de la familia, trasladarme a la Ciudad de México, y regresar con un nombramiento de profesor de primaria.

Nunca he lamentado haber nacido pobre, porque fui un niño feliz, junto con mis hermanos; siempre fuimos creativos y nos divertíamos como enanos, aunque algunas veces no teníamos que comer.

La vida en los ejidos, en los que trabajé, me dio muchas lecciones, aprendizajes y relaciones humanas, que aun guardo en lo más profundo de mi alma. Como profesor de primaria, adquirí, a los tres años de haber ingresado al servicio, un liderazgo, que ya desde mi adolescencia y en el internado de Santa Teresa, habían germinado. Siempre he sido rebelde y radical, lo que me ha dejado duras lecciones, pero también experiencias y respeto.

En esta etapa, como secretario delegacional de la zona escolar No. 15, sobresalí por mi juventud, oposición y radicalismo contra los dirigentes del SNTE, por la corrupción y los abusos a maestras que acudían en busca de una plaza magisterial de otro tipo. Me opuse a que los inspectores violaran el derecho de escalafón e impusieran a familiares o amigos, brincando los derechos ya adquiridos de maestros que se esforzaban por lograr un ascenso o una promoción. Interpelé a varios dirigentes  nacionales en asambleas y con miles de maestros, nos impusimos a la imposición de un líder seccional, con la compra de votos o amenazas en un histórico CONGRESO,  realizado en el Hotel Calvete, donde decidimos tomar el edificio Sindical y crear la primera Coordinadora Regional del Magisterio (que fuera la semilla para la ahora Coordinadora Nacional), organizado multitudinarias marchas y manifestaciones. De todo esto, mis contemporáneos pueden dar fe.

Pero nunca me resigne a hacer una carrera sindical, ni quedarme para siempre como maestro de primaria, a pesar de casi 12 años que trabaje en ese sistema, tuve grandes satisfacciones.

Así que, una vez que me acerque a la ciudad de Torreón (a donde había venido a vivir con mi madre con el resto de mis hermanos), específicamente, al ejido Ana, comencé a estudiar la prepa para ingresar a la Universidad, donde, aparte de mis actividades políticas como Presidente del Partido Mexicano de los Trabajadores de Heberto Castillo y  Demetrio Vallejo, logré cursar la carrera de Economía y la de Sociología y ahí comenzó otra etapa de mi vida como funcionario y Maestro Universitario. Pero esa, es otra historia. (Continuará)

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