Un matrimonio estaba cenando en un restaurante, cuando observaron que entró un amigo de ambos acompañado de una desconocida. La señora le comentó a su esposo:
- Ese que entró es Juan, pero esa no es su esposa.
- No, es una amante que él tiene – dijo el hombre calmadamente.
La mujer comenzó a criticar la actuación de su amigo, y el esposo la paró en seco diciéndole:
- No te metas en esos asuntos, deja que los otros vivan su vida.
Los esposos siguieron cenando, cuando se acerca a ellos una chica guapísima que le dice al marido:
- ¡¡Oye!!, me dejaste esperando ayer.
- Sí, se me presentó un problema.
Pero yo paso por tu casa hoy.
- OK., nos vemos - dice la chica retirándose de la mesa ante el asombro de la esposa, quien le preguntó en seguida a su marido:
- Y ESAAAA: ¿QUIEEEN ES...?
- Esa, es mi amante - le aclaró el marido.
La esposa se puso como loca, y comenzó a decirle improperios al marido, pidiéndole hasta el divorcio.
El esposo con mucha calma la observa y le dice:
- No hay problema, te doy el divorcio. Pero recuerda que nuestro contrato matrimonial es por “separación de bienes” y que la casa, el auto y el negocio están a mi nombre. También vete olvidando de las vacaciones cada tres meses a las mejores playas y al extranjero, ¡¡aaah…!! y de tus tarjetas de crédito, el pago de todos los servicios de la casa, tu ropa de marca, zapatos, tus Spa’s, el terapeuta, las compras en el extranjero, la casa de playa, tu BMW, el chofer y la pensión para tu mamá...
La mujer se calla y luego de analizar la situación, le dice al esposo:
- Nuestra amante es más bonita que la de Juan, ¿verdad mi amor?