POR: ABEL ALCALÁ H.
La pobreza secular que padecemos los mexicanos es signo inequívoco de que la justicia, caridad, la solidaridad y la subsidiaridad son bienes que la población no recibe, salvo en casos excepcionales y de manera periódica, porque permanecen soterrados por los vicios del egoísmo, individualismo y la avaricia que son los pilares del liberalismo, neoliberalismo y el utilitarismo económico.
La fórmula es muy sencilla: donde hay pobreza o miseria no hay justicia ni solidaridad entre las personas humanas que forman esa comunidad.
La pobreza está directamente relacionada con el daño a la dignidad humana, existe la pobreza porque uno o varios individuos están explotando y/o especulando con las limitantes, carencias y privaciones de sus semejantes.
Ciertamente la pobreza o miseria se puede explicar, pero jamás se puede justificar y la razón es simple; toda persona humana porta la dignidad de pertenecer a la especie humana y es dignidad humana le hace derechoso de recibir los bienes materiales e inmateriales para su desarrollo y perfeccionamiento y la obligación de proveerlos es de la familia, comunidad y Estado a través del gobierno.
De dónde le viene esa dignidad a la persona humana?, le viene de su esencia y naturaleza humana: Es el hombre, persona humana, es un ser único, individual, irrepetible, insustituible, incomparable y esas cualidades lo hace el ser más sublime sobre todo lo creado.
La persona humana no tiene precio, lo que tiene precio es o puede ser sustituible o tener su equivalente, a la persona humana se le debe respeto desde sus concepción hasta su muerte.
Por lo mencionada anteriormente la sola existencia de personas humanas que vivan de manera indigna, es decir, en la miseria y pobreza, es una afrenta para todos los integrantes de la comunidad, estado o país.
Nadie de la comunidad humana queda exonerado o disculpado para ayudar a su semejante en desgracia y colaborar hasta ponerlo en las condiciones que pueda valerse por sí mismo y vivir conforme a su dignidad humana.
Sólo individuos viciosos podrán sentirse indiferentes ante la desgracia del prójimo e inclusive abuzar del estado pobreza para obtener beneficios financieros o de servidumbre.
En multitud de ocasiones esos seres viciosos individualistas, egoístas y avariciosos se dan a la tarea de generar estructuras perniciosas, ejemplo: bancos, giros negros, programas asistenciales, partidos políticos, etc., para obtener ganancias de personas humanas que son vulnerables individual o familiarmente.
Estos individuos viciosos, perversos y utilitaristas se vuelven manipuladores, y qué es manipulación: La manipulación mental o control mental se produce cuando un individuo o grupo de individuos ejerce una toma de control del comportamiento de una persona o de un grupo, utilizando técnicas de persuasión o de sugestión mental, en busca de eliminar las capacidades críticas o de autocrítica de la persona, esto es, su capacidad de juzgar o de rehusar informaciones u órdenes mentales.
Se refiere también a un amplio rango de tácticas psicológicas capaces de subvertir el control de un individuo sobre su propio pensamiento, comportamiento, emociones o decisiones. Los métodos por los cuales puede obtenerse tal control (sea directa o sutilmente) son el foco de estudio entre psicólogos, neurocientíficos y sociólogos.
Toda realidad mereces respeto proporcional a su propia grandeza en el ser. No existe ningún motivo proporcional para dañar la dignidad humana, un hombre pobre no es animal, como recientemente lo expresara López Obrador.
El reto es salir de la manipulación para superar la pobreza y lograr el bienvivir para todos, siendo una alternativa viable la propuesta de la doctrina social cristiana. La existencia de la pobreza subraya la inexistencia de la justicia y la caridad en la comunidad, el estado o el país.