POR: DANIELA CARLOS ORDAZ
A pesar de ser un utensilio de uso cotidiano, pocos saben o conocen la historia de este tan mencionado objeto.
Estos instrumentos de hierro aparecieron por primera vez hace más de dos mil años, se dice que desde la prehistoria los hombres cocinaban sobre cuencos de piedra o morteros. Luego tomaron su forma con los romanos, quienes utilizaron objetos de bronce para resolver sus necesidades, sostenidas por cadenas sobre fuego. Las primeras fueron halladas en Pompeya.
Fue en el siglo XVI y XVII cuando los muebles ya sostenían por sí mismos los sartenes.
Y por qué la historia, porque en todo lo que investigué no encontré algo que hiciera referencia a las mujeres con el sartén, esa connotación se le dio en la época de los cincuentas cuando las mujeres eran buenas si eran las esposas perfectas, y para ello deberían ser excelentes cocineras.
Hace unas semanas, para conmemorar el “Día Internacional de la Mujer”, se inauguró una plaza donde se expuso una escultura hecha con sartenes decorados con mandalas. Esto para hacer alusión a la violencia doméstica que viven cientos de mujeres en la comarca lagunera y principalmente en Torreón.
Esta acción fue polémica, ya que algunas mujeres y hombres también, consideraron de mal gusto y hasta ilógico el uso de sartenes para conmemorar la lucha de las mujeres, ya que a la mujer se le relaciona (dijeron estas personas) con un sartén.
Pero eso no es todo, los críticos no oficiales del arte, cuestionaron esta obra catalogándola de poco estética y hasta grotesca. Me imagino que deben tener amplios conocimientos de arte, de historia del arte, de antropología y sociología, porque eso es lo que hacen los verdaderos críticos, haciendo observaciones objetivas de las obras que se ponen en tela de juicio.
Estos sartenes fueron decoradas por alumnas del Centro de Artes Visuales en coordinación con la instancia de las mujeres en el municipio, y creo que ese causó tanta controversia, que más que hacer alusión a la fuerza femenina, se pudo ver que tal ofensa tenía tintes políticos, más que artísticos.
Y sí, si hace alusión a las mujeres, a aquellas que fueron víctimas en sus hogares, que fueron maltratadas, que fueron dañadas, y que demostraron que ni las mujeres, ni los sartenes, se ven bien en la casa. Los sartenes se ven bien afuera, en las calles, en las plazas, en cualquier lugar donde sea necesario, para que los demás se den cuenta de que no hay un lugar ni una connotación específica para un artefacto y utensilio que se utilizaba desde hace miles de años atrás.
Lo estético, lo bonito, lo sublime y lo bello… ¿no son acaso características de una mujer hermosa y perfecta? ¿No muestran su fragilidad? ¿No se supone que la disputa es por erradicar los estereotipos? Así son las mujeres, diversas, no todas tienen las medidas perfectas, no todas tienen una vida de ensueño; y no por no corresponder a las reglas estéticas de la sociedad deja de ser mujer, ni es menos, ni más que el hombre.
A mí en lo particular, un sartén no me hace ni menos, ni más mujer.
Y si tanto se dañó la moral de algunas personas, las invito a expresarse en esa plaza que es de dominio público, que de alguna manera, demuestren su inconformidad por lo menos con una expresión artística, no que solo opinen. Noticias de opinión ya hay muchas, optemos por la noticia de investigación, y sobre todo, optemos por la empatía y por ser más ecuánimes al momento de establecer criterios englobando la opinión de unos cuantos en una universal.
Por una expresión de las ideas libre y sin pre juicios.
Y para qué son las alas, sino más que para volar.