POR: ABEL ALCALÁ H.
La construcción de muros entre países soberanos en la forma que se hacía antaño no son eficaces para alcanzar el objetivo deseado como es evitar o minimizar el trasiego de personas de manera ilegal, de mercaderías y drogas.
En cambio si se tiene una visión de futuro, de romper paradigmas y de proyectar planes a más de cincuenta año, entonces se abren múltiples alternativas para generar modelos de protección de los territorios, de la soberanía y lograr total eficacia en alcanzar las metas fijadas.
Chequemos algo de historia sobre el famoso muro entre México y EUA; “El muro fronterizo, de más de 3000 km, entre Estados Unidos - México es una valla de seguridad construida por Estados Unidos en su frontera con México. Su objetivo es impedir la inmigración ilegal a los Estados Unidos. Su construcción se inició en 1994, en el gobierno de Bill Clinton, bajo el programa de lucha contra la inmigración ilegal conocido como Operación Guardián a cargo de la Fiscal General Janet Reno, pero tomó más entidad al ser un componente importante de las promesas de campaña del candidato y hoy presidente Donald Trump”. Wikipedia.
“Si analizamos la historia del muro, encontraremos que ya en el año 1990 se hablaba del mismo y en la ciudad de San Diego se construyeron 22 kilómetros de un muro cuya altura era aproximadamente tres veces la de una cerca normal”.
“En 1994, bajo la administración del demócrata Bill Clinton, siendo Fiscal General Janet Reno, se trabajó nuevamente en la construcción del muro, como parte de la Operación Guardián llevada a cabo por Estados Unidos en California”.
“El 17 de mayo del 2006, con 83 votos a favor y 16 en contra, el Senado de Estados Unidos votó el «Secure Fence Act», ley propuesta por la administración republicana de George W. Bush, que estipulaba la construcción de 1 100 kilómetros de «barreras físicas» fuertemente vigiladas en la frontera con México, Como resultado de dicha ley, que no se ejecutó totalmente, se incrementó la cerca fronteriza hasta un poco más de 1,120 kilómetros, contando todos los tramos edificados. Entre los demócratas que votaron a favor estaban Barack Obama y Hillary Clinton”. citando a Néstor García Iturbe.
Los resultados de esa construcción son estériles e ineficaces e improductivos.
La ubicación estratégica de México con sus más de tres mil kilómetros de frontera con una de las 7 potencias mundiales con mayor desarrollo y futuro económico lo coloca potencialmente en un punto privilegiado para desarrollar proyectos de largo plazo que beneficien la economía de los mexicanos y nos catapulten a mejores estadios de progreso.
Dejemos a los pesimistas y a los de las luchas estériles a un lado y tomemos la decisión de hacer el “Muro” con una visión de largo plazo donde se dé prioridad a los intereses de los mexicanos y de la nación.
Se debe trabajar en un proyecto para generar a los largo de tres mil kilómetros complejos turísticos de conformidad con la geografía del lugar, autopistas interoceánica, colocación de vías de ferrocarril, centros comerciales, hoteles, canales navegables, complejos habitacionales, parques ecológicos y centros de diversión, turismos alternativo, etc.
Para obtener los recursos financieros para esta magna obra social y de desarrollo económico se harán alianzas con contratos de usufructo, concesiones y coinversión con las naciones de todo el mundo para que inviertan en el proyecto y tengan una ventana al mercado estadounidense.
Esta magna obra en el corto plazo dará empleo a cientos de miles de trabajadores mexicanos, mejorando su economía familiar e inhibiendo su deseo de emigrar, aumentaran las divisas para el país fortaleciendo el valor del peso, se impulsará a la pequeña y mediana empresa para producir los bienes y servicios requeridos para la infraestructura y obras del desarrollo fronterizo.
Lo que resta es encontrar a los hombres y mujeres mexicanos con la capacidad de emprender grandes obras que trasciendan a su propia vida.