POR: PEDRO BELMARES O.
El ser humano muchas veces no se permite expresar sus sentimientos, siempre hemos querido que nuestras emociones permanezcan ocultas por miedo a ser rechazados, sin embargo, las emociones suelen ser una avalancha que no se detiene.
Cuando se habla de felicidad, creemos poder ser felices todo el tiempo, y no es así, la felicidad es momentánea. Una persona pudo ser feliz en la cúspide de su vida, la cual va a recordar siempre, es como los que conquistan el monte Everest, que logran llegar hasta la cima con éxito, al llegar allí lo disfrutan pero cuando bajan es muy difícil, de alguna manera se topan con su realidad.
La tristeza va más apegada a la vida del ser humano y en todas sus etapas, es tan necesaria, que ella misma te permite hacer una limpieza de tus sentimientos, y las lágrimas sirven para extraer de ti todo lo que traes adentro.
¿Por qué uno mismo sufre? Porque hay desequilibrios en las personas que pueden estar alrededor, siempre hay alguna que te hace desestabilizar aunque tú te encuentres en una perfecta armonía.
La tristeza solo viene a nosotros desencadenando emociones que pueden estar muy arraigados en nuestro ser y de alguna forma los libera.
El ser humano puede explorar sus sentimientos, así surge como consecuencia de una emoción que permite que seamos conscientes de nuestro estado de ánimo.
Si toca alegría, vívela al máximo, disfruta de ella, ríe a carcajadas, no te cortes, comparte, sueña, vuela y ríe tanto como puedas.
Si toca tristeza, siéntela, permítete estar triste. No te escondas y acepta que es eso lo que sientes, sin embargo, debes de pensar que no te puedes quedar permanentemente en esta etapa, busca salir lo más pronto que puedas y déjala como una experiencia que te va ayudar en el futuro; ánimo, busca ser feliz más tiempo.