CLAUDIA SHEINBAUM Y LA TORMENTA PERFECTA
Se creyeron su cuento del pueblo bueno. Pensaron que iba a durar para siempre la mentira de “somos diferentes”. Casi tenían asegurado el continuismo y Claudia Sheinbuam, creía su propia mentira, la de que, era más popular y tenía más aceptación que Andrés Manuel López Obrador.
Una a una, sus narrativas se fueron cayendo, porque, una cosa es tener un alto grado de popularidad y, otra, que esa popularidad, fuera falsa.
Uno a uno, fueron cayendo los mitos y, ellos mismos provocaron el desencanto muy pronto.
Del pueblo bueno, solo les quedan los ciudadanos, beneficiarios de los programas sociales y, eso, con sus asegunes.
Que eran diferentes, lo repitieron siempre, pero les cayó el “chauiztle”. Pronto, enseñaron el cobre.
Los pactos con el crimen organizado cobraron facturas muy altas y comenzó a descomponerse el país. Los malos, querían su recompensa, por haber dado cuantiosas cantidades de dinero para las campañas y, para imponer candidatos a cargos de elección o a funcionarios en las alcaldías y los gobiernos de los estados. Como una mancha, fueron pintando el territorio nacional de rojo, para marcar su dominio. Y, eso, comenzó a descomponerlo todo.
Con el cambio de poder, solo los incautos, pensaron que Claudia iba a ser mejor presidenta que Andrés. Pero, resulta, que Andrés, nunca se ha ido. Andrés, goza de cabal salud y sigue mandando en México y, es más, Claudia, ha ido más lejos de lo que López le ha instruido, porque, a diferencia de López, Claudia cree que lleva al país por el rumbo correcto, o sea, al modelo Venezolano. Sus antecedentes juveniles como guerrillera y estudiante radical, no se borraron como a muchos como ella, que dejan atrás ese pasado beligerante, ese sueño socialista y se aferra a él, como lo hacen muchos de la 4T, que creen, que de veras, están transformando a México (ahí está Paco Ignacio Taibo II, Lenia Batres, Luisa María Alcalde, Fernando Fernández Noroña, entre otros loquitos).
Pero el fiasco más grande de la 4T, fue, haber postulado a Claudia Sheinbaum. Una mujer sin carisma, con traumas y un resentimiento al infinito.
Lo vimos antes, durante y después de la elección. Por más que se esforzaba, la gente no conectaba con ella, en los aeropuertos, en los restaurantes y, en todas partes, ya siendo la seleccionada de la contienda interna de Morena, nadie la pelaba y, ella, tampoco hacía el mínimo esfuerzo por ser empática o carismática.
Muchos pensamos, que conforme fuera pasando el tiempo, su actitud iba a cambiar, pero ha sido peor. Cada día, se le ve más colérica, más agresiva, y más mentirosa.
La mañanera, que debió ser un buen escaparate para mostrar más sensibilidad y más empatía, la han ido mostrando como un mounstro y la usado, para atacar a quienes no piensan como ella, a quienes ha declarado sus enemigos, y, como López, a los personajes del pasado, a quienes culpa de sus fracasos o de sus errores.
Parte de octubre y lo que va de noviembre, a Claudia, se le vino el cielo encima. Los escándalos de sus camaradas, le han pegado en lo que más le duele, su narrativa de que no son iguales a los de antes; en la pobreza republicana; en la honestidad valiente; las recurrentes mentiras y los golpeteos bajo la mesa entre ella, y los personajes más encumbrados del movimiento.
El escándalo de Adán Augusto López, cayó como un balde de agua fría; sus nexos con el narco y sus negocios turbios, le pagaron a todo el movimiento. Esto, se juntó con la inercia de los viajes millonarios de estos personajes, pero, sobre todo, el de Andy López, que ahora sabemos, que fue a Tokio, no solo de turista, sino para estar presente en la apertura de un nuevo negocio restaurantero, ya que es socio de NOHAGASUNA, YAHICIMOSOTRA, Jamaica Café and Records, O.QUIOSQO y Fermentados Raros.
Pero el quiebre del gobierno, llegó como una tormenta perfecta. A los escándalos de Adán Augusto –que no son menores-, se sumó el asesinato del Alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, que se estaba convirtiendo en una piedra en el zapata de la presidenta. El crimen de Manzo se juntó con la convocatoria de la Generación Z, que realizarán una marcha, el 15 de Noviembre y que culminará en el Zócalo, ha puesto las alarmas de Palacio Nacional, quien, primero lo minimizó y, ahora, están apanicados.
Es tan grande el miedo de la presidenta, que, en la mañanera, no ha dejado de descalificar a la marcha y relacionarla con personajes a los que, ella y López, se han dedicado a satanizar.
En todos estos días, ha sido tendencia en las redes sociales, la exigencia de la revocación de mandato de la presidenta y, a pesar de que niega que le preocupa el movimiento, por lo pronto, ha mandado cubrir con placas de acero de tres metros, todo el frente del Palacio Nacional y buena parte del Zócalo.
Dicen en el pueblo: “El miedo no anda en burro”. No que tanta popularidad.
