La desconfianza en las relaciones políticas, sociales y privadas se ha convertido en el aire que respira por más de 100 años consecutivos la gran mayoría de los habitantes de México. Ninguna Institución pública y privada se escapa a la desconfianza, empezando por los Tres Poderes de la República, sus dependencias y los organismos descentralizados.
México padece crisis de desconfianza que corroe las buenas relaciones que deben darse en todos los habitantes, ya públicas, sociales y privadas, ocasionando que infinidad de delitos y daños laceren los derechos naturales y humanos de los hombres y mujeres y además se multipliquen, dado que tienen la protección y respaldo de los gobernantes en turno.
Todo lo que toca la desconfianza lo pudre, lo seca, lo corrompe, lo daña, lo descompone, lo pervierte, lo dificulta, lo retrasa, lo conflictua, lo desune, lo quebranta y al final lo vuelve mortal.
Si la desconfianza es tan corrosiva es importante conocer su significado; La desconfianza actúa como un mecanismo de autoprotección para evitar ser herido, traicionado, robado, engañado, abusado.
Una persona puede ser desconfiada debido a prejuicios, a experiencias pasadas de traición o decepción, inseguridad personal, miedo al rechazo, al robo de su patrimonio, a la humillación.
Hay otro factor que acelera la desconfianza en los individuos, es la pertenencia a bandas, mafias, pandillas, organizaciones de criminales, terroristas y a los organismos y partidos políticos. Porque entre ellos no hay amistad, lealtad, respeto, honor, al contrario solo hay complicidad, avaricia, traición, engaño, amenaza y asesinatos.
La desconfianza mayor nace de la angustia, temor y miedo a ser traicionado, vendido, sacrificado, ser utilizable y luego volverse desechable. Saber que la seguridad familiar y vida dependen de no equivocarse y no dar motivos para que duden de su "lealtad", por eso se vuelve lambiscón, abyecto, arrastrado, con tal de no caer de la gracias de su "padrino" y esperar el momento oportuno para llevarse su botín.
Por los robos al erario, la simulación de obras, las inversiones fracasadas, por los actos de peculado, la evasión de impuestos desde hace siete años a la fecha, la mayoría de los habitantes del país desconfía de sus gobernantes, de sus representantes ante las cámaras de Diputados y Senadores, de las instituciones encargadas de la seguridad: Ejercito, Marina, Guardia Nacional, las policías Estatales y Municipales, de los Agentes de vialidad, del Sistema de Salud, del Sat, de la mayoría de las dependencias gubernamentales, del Sistema de Educación Pública, bueno, desconfía de todo lo que tenga que ver con los gobiernos y de sus programas de obras públicas e inversiones.
Las desconfianza también se da entre los servidores públicos que integran los gobiernos y sus secretarías, las cámaras legislativas y el poder judicial, y la prueba de ello, es ver todos los días los debates en sendas cámaras, entre los diferentes grupos parlamentarios y también se da entre las propias bancadas, lo mismo sucede con los secretarios y funcionarios público, pues ellos obedecen a sus grupos, sectas, pandillas y se enfrentan entre ellos por adquirir más poder.
En el caso de Mo-re-na, como es un movimiento que se integra por individuos de la mayor diversidad de religiones, ideologías, nivel social y académico y por ex miembros de otros partidos, la desconfianza es mayúscula.
La desconfianza corrosiva se dan entre la gente que sigue al expresidente López Obrador y su familia y los que pertenecen al equipo de la presidente Claudia, mientras que todos los advenedizos a mo-re-na están al acecho esperando ver quién sobrevive de la confrontación del ex presidente y Claudia.
Si existen y están organizados los auténticos militantes de mo-re-na, que mejor oportunidad tienen para expulsar y sacudirse esa lacra de pandilla de narcos terroristas y corruptos que tienen secuestrada la dirigencia de su movimiento. Ejemplo, el Lic. Hugo Erick Flores, diputado federal.
En tanto los DEA, CIA y Departamento de Estado de EUA, tienen carpetas abiertas de investigación sobre centenares de morenistas, con la información, pruebas documentales, testigos protegidos de los robos, de las evasiones fiscales, de los asesinatos, de las extorsiones, desapariciones, de las complicidades, de las redes de corrupción en los gobiernos, del tráfico de drogas, etc., se dedican a jugar el juego del Gato y Ratón, con la finalidad de ir ahondando la guerra interna entre los mo-re-nistas.
Si se desea que vuelva la paz y la confianza al país, hay que sacar a los delincuentes mafiosos, terroristas, corruptos, rateros, asesinos que están incrustados en los gobiernos y procesar sus cómplices. Recordar: Es la ingratitud la que vuelve estéril a la tierra. El lector dice la última palabra.