¿SIRVEN DE ALGO LAS MAÑANERAS?
En qué parte de la Constitución, o, en alguna enmienda que se haya hecho a la misma, se dice que el ejecutivo federal, puede ejercer el gobierno a través de un templete, un escenario, con invitados a modo para, desde ahí, arengar, mentir, insultar, descalificar y humillar a personajes, instituciones y a periodistas, sin darles el derecho de réplica?
En el sexenio pasado, el huevón presidente, Andrés Manuel López Obrador, inventó éste modelo de “gobierno”, porque nunca en su vida ha trabajado. Entonces, sus llamadas “Mañaneras” (que, al parecer, ya las practicaba desde que era Jefe de Gobierno del Distrito Federal), le cayeron como anillo al dedo. De lunes a viernes, se presentaba en el templete, decía algunas ocurrencias y chistoretes y, después, dejaba que los “periodistas” a modo que, previamente eran seleccionados, le hicieran preguntas, le echaran porras y loas.
Después, venía una segunda parte, en la que López, sacaba algún tema, dependiendo, del personaje, institución, organización o medio de comunicación, a quien, ese día, le tocaba recibir toda suerte de ataques a su persona o reputación, con el cuento de que eran adversarios, miembros de la mafia del poder, enemigos de la Nación y lo primero que salía de su pestilente boca.
Nadie sabía, lo que López, hacía después de la mañanera. No había ninguna agenda para el resto del día.
Su incapacidad supina, su poca altura de miras, le impedía hablar de temas importantes sobre el país y el mundo. Por eso, llenaba su mañanera, con descalificaciones y ataques a los opositores, sobre todo, si era época de campaña, para socavarlos, ponerlos en la picota, (con esto, muchos de ellos fueron asesinados por la delincuencia, aliada de López y sicarios al servicio de la 4T. y, reforzar a sus correligionarios para posicionarlos, para que ganaran las elecciones).
López, se pasó seis años, con su monólogo lleno de evasivas, mentiras y justificaciones. ¿Qué caso tenía estar parado casi cuatro horas, si no respondía de forma concreta?; no resolver nada y dejarlo todo a: vamos a investigar, vamos a hacer que se haga, o, con cuestionamientos a los que cuestionaban: “¿Tú tienes las pruebas? ¡Preséntalas! ¿A ti te consta? ¡Demuéstralo! ¡Pon una denuncia!
Para rematar diciendo: “Eso hacían los anteriores; nosotros somos diferentes”.
Y, así, todo el sexenio, enfrascado en nimiedades, mientras el país ardía en llamara (literal), con el crimen organizado desbocado, peleando territorios, sembrando el terror y el caos, paralizando actividades, cobrando derecho de piso para dejar trabajar a los transportistas, comerciantes, productores agropecuarios.
Y, desde Estados Unidos, Trump imponiendo aranceles y amenazando con intervenir directamente a México, al declarar a los cárteles de la droga, como terroristas; la exigencia de frenar el tráfico de fentanilo; de combatir a las cárteles; el freno a la migración; el lavado de dinero; la suspensión de visas. Aunado a esto, la multiplicación de los desaparecidos en México; la multiplicación de la violencia; el deterioro de los servicios de salud; el desabasto de medicinas y lo que todos sabemos, pues.
Con todo y eso, la nueva casta privilegiada, los morenos, nos regalaron sendos espectáculos que se convirtieron en escándalos mediáticos, que derrumbaron el discurso de la humildad franciscana, de la austeridad y, el, “no somos iguales”. Y en efecto, no son iguales a los neoliberales, ¡RESULTARON PEORES!
Todo esto, sirve de marco, para entender al gobierno de Claudia Sheinbaum.
La presidenta, que llegó al poder (ahora lo sabemos), entre otras cosas, por el dinero del narco, no se quiso meter en problemas inventando su propia forma de gobernar, no. solamente siguió el mismo guión que le dejó su antecesor, solo que más inocuo, más descafeinado. Eso sí, más rabioso y radical.
La científica (así se hace llamar) Claudia, a diferencia de López, que su meta era salir de jodido, la presidenta, se cree sus propias fantasías: cree que puede derrotar a Trump; cree, que puede aplicar, a pie juntillas, las recetas del Foro de Sao Pablo y conducir a México a la dictadura bolivariana y, ¡VAYA QUE SE ESTÁ ESFORZANDO! Ya destruyó a la República; ya destruyó a organismos e instituciones autónomas, ya destruyó, aún más, la unidad entre los mexicanos y, protegida por las sombras y entretenidos los mexicanos con las fiestas patrias, ya modificó, para conveniencia del Estado, al único instrumento que los mexicanos teníamos para enfrentar los excesos del Estado: El Derecho de Amparo.
Lo que viene, según el librito del Foro de marras, es: la expropiación de los ahorros bancarios; la expropiación de las viviendas. En una palabra, terminar con la propiedad privada.
Esto no es un mito, una exageración o algo que no puedan hacer.
Todo esto, es posible, si no reaccionamos a tiempo, porque si alguien piensa que no le puede pasar, porque no tiene nada, que vea como está cuba: El estado está racionando cada vez más la comida; los apagones duran semanas y no hay transporte regular, simplemente, porque no tienen gasolina. AMLO, durante un tiempo, estuvo mandando buques con combustibles a la Isla, pero con el escándalo del huachicol y la merma de los ingresos a PEMEX, que está a punto de la quiebra, se les acabó a los cubanos, la única fuente de combustibles que les quedaba.