POR: MIGUEL ANGEL SAUCEDO L.
Ya decía Marx que el trabajo es la forma fundamental en que el ser humano transforma la naturaleza, se transforma a sí mismo y crea objetos que reflejan su capacidad y su universalidad. Sin embargo, según el mismo autor, en el trabajo capitalista el carácter humano del trabajador se ve comprometido ya que se desconecta del producto de su trabajo, de su propia esencia humana y de sus semejantes. A esta desconexión le llamó enajenación del trabajador, es decir, volverse ajeno al producto de su labor, a su propia naturaleza humana y a sus semejantes.
Esas desconexiones se pueden expresar de muy diferentes maneras como, por ejemplo, el ausentismo, la renuncia, el padecimientos de problemas psíquicos tales como el estrés, ansiedad, depresión, angustia y pudiera ser por muy diversas razones relacionadas con su empleo, sin dejar de reconocer que otros factores que pudiesen influir son externos al ambiente laboral pero que, de cualquier manera, tienen que ver con el hecho de que el trabajador deje de tener unidad con el producto de su esfuerzo, con su carácter humano y con los demás como género.
Como quiera, lo anterior viene a cuento porque recién se publicaron los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOC) y en ella aparecen datos que sugieren que algo está pasando con el empleo en Coahuila. Resulta que la ENOC sostiene que solamente en el primer trimestre del actual año, 25, 504 personas abandonaron su empleo en Coahuila. De ese total y 7,822, la tercera parte, lo hicieron por el deterioro de las condiciones laborales o por riesgos a la salud en los centros donde laboraban. El total de renuncias representa un aumento del 7 por ciento respecto del mismo periodo del año pasado, o sea, de mal en peor.
Otro dato interesante consiste en que 1,647 renunciaron por conflictos en el entorno de trabajo. Por si fuera poco, nuestro estado ocupa el tercer lugar entre las entidades donde más se padecen enfermedades de trabajo, de manera que algo está pasando en las fuentes de empleo coahuilenses que hace que los trabajadores enfermen o huyan de la chamba.
Para el caso específico de la ciudad de Torreón, la cosa está igual o peor de complicada puesto que, desde el año pasado, el Centro de Integración Juvenil (CIJ) que del total de 800 atenciones que brinda anualmente, el 15 por ciento corresponden al sector laboral donde, según el CIJ, “las drogas que más se utilizan en los centros de trabajo tienen ver con los estimulantes como la marihuana, cocaína y el cristal que ayuden a tolerar largas jornadas, turnos de noche o para los que realizan dobles jornadas”.
Lo anterior está ocasionando que los industriales empiecen a cambiar los criterios de contratación, poniendo ahora más énfasis en las habilidades emocionales que les permitan lidiar con trastornos como estrés, depresión, ansiedad, etc. Por eso mismo, en mayo se llevó a cabo el Primer Seminario Salud Mental y Prevención de Adicciones en el Entorno Laboral, con el apoyo de sector empresarial como de una organización de trabajadores. No habrá que esperar mucho para ver que resultados se obtienen de estas iniciativas pues, dado lo alarmante de la situación, en la productividad que es la principal preocupación empresarial y, sobre todo, en la salud de los trabajadores, deberán observarse cambios, si no dramáticos si que muestren tendencias a la disminución de este fenómeno.
Quizá sea el momento de empezar una reflexión más profunda acerca del precio social y ambiental que estamos pagando para obtener eso que llaman desarrollo y progreso.