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Ha iniciado una nueva era en el Poder Judicial en nuestro país; pues este primero de septiembre iniciaron sus labores jueces, ministros y magistrados derivado del primer proceso electoral judicial en la historia de México; en total, más de 800 personas juzgadoras, entre ellas, los 9 ministros de la Suprema Corte de Justicia toman protesta en sus nuevos encargos por designio popular. Desde luego que hay expectativas altas, pues el sistema judicial anterior no era para nada eficiente ni mucho menos aceptable en sus resultados y denotaba siempre un sabor de corrupción y derroche de recursos, por ello la reforma al sistema judicial era necesaria y urgente, si bien es cierto, es muy pronto para echar las campanas al vuelo y absolutamente nada asegura que este sea el remedio ante los males históricos del sistema judicial en nuestro país, es importante tener expectativas positivas ante este evidente cambio de 360 grados en la forma en que se designan los cargos dentro del poder judicial. Para iniciar, ya hay señales de cambio y son bienvenidas, pues el ministro presidente, Hugo Aguilar Ortiz, anunció que sus primeras medidas serán solicitar al Órgano de Administración Judicial que reduzca los sueldos de los ministros y personas juzgadoras para que sean menores que el del titular de la Presidencia de la República; así como eliminar los seguros de gastos médicos mayores y que se revisen las remuneraciones de los ministros en retiro. En su mensaje al tomar las riendas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dijo que los “tribunales protegerán al débil del fuerte” y con ello manda un mensaje que alivia el malestar endémico de nuestra sociedad que afirma que la justicia solo beneficia a quien tiene los recursos para acceder a ella. “Una corte que escuche a los pueblos indígenas, afromexicanos a los grupos que viven en condiciones de vulnerabilidad, una corte que responda directamente a la ciudadanía, en suma, un auténtico tribunal de justicia y no un tribunal de derecho”. En cuanto al nuevo funcionamiento interno se implementarán las plataformas digitales para presentar demandas, audiencias virtuales y con ello se abona a la digitalización y transparencia; así mismo los tribunales colegiados y unitarios asumirán mayor relevancia en materia de recursos de revisión y amparos entre otras novedades que será impulsadas bajo el liderazgo del nuevo ministro y sus colegas. Se trata de una nueva era, del inicio de una etapa que busca remediar males como el de por cada 100 delitos que se cometen, solo 6.4 se denuncian; de cada 100 delitos que se denuncian, solo 14 se resuelven; es decir, un poder judicial que genere confianza y con ello se impulse la cultura de la denuncia y por otro lado la eficiencia de que la mayoría se resuelvan de manera eficaz y eficiente. Por el bien de México, que sea una etapa de resurgimiento y saldo de deudas históricas de hambre de justicia.