Se puede decir que no hay, no ha habido y no habrá un ser humano, en lo individual o en comunidad, que este exento de sufrir la mentira. Mentir sirve para protegerse a sí mismas o a otros personas, para manipular situaciones y obtener beneficios con dolo, alevosía y ventaja.
Son muchos los países que en la actualidad están siendo gobernandos por individuos o grupos de individuos mentirosos, ejemplo: México, Venezuela, Cuba, Nicaragua, Colombia, etc. El común denominador de los países gobernandos por mentirosos es el subdesarrollo, la pobreza, la violencia, la corrupción, la mediocridad, el robo, la extorsión, el secuestro, los vicios, la degradación moral y ataque a los derechos fundamentales del hombre.
Las motivaciones para mentir pueden ser conscientes o inconscientes y algunas personas mienten de manera compulsiva, lo que se conoce como mitomanía.
Una mentira consciente es una declaración falsa dicha deliberadamente, la mentira es esconder la verdad debida, pues ocultar información equivale a mentir en muchos contextos, especialmente cuando la información omitida es relevante y se oculta con la intención de engañar, manipular o exculparse. La mentira "pura" correspondería a una actitud cínica: quien miente sabe que está mintiendo
En la actualidad la mentira es el mejor medio de los individuos deshonestos, demagogos, criminales, terroristas, embaucadores para encumbrarse con el poder y dinero en la actividad privado y en el sector público de los pueblos; en el gobierno, en el Poder Legislativo y el Poder Judicial, etc..
La gravedad de la mentira se puede medir por las consecuencias y secuelas que producirán en las las personas, en la comunidad, en el país. La mentira como acto es mala, de ahí la aversión que se tiene al acto de mentir en todas las culturas.
Cuando la mentira se convierte en costumbre, la sociedad se desmorona, pues la confianza es la base de cualquier relación humana, ya sea personal, profesional o comercial o gubernamental. George Orwell, en su libro "1984", advertía sobre la manipulación de la verdad, la manipulación (Las mañaneras) es una poderosa herramienta de control y dominación, un recordatorio de que la mentira no solo daña relaciones individuales, sino que puede corromper sociedades. Una sola mentira debería hacernos descartar (enjuiciar) a un político y a sus cómplices.
Un dirigente de mo-re-na cuando habla miente; cuando calla encubre; cuando tiene poder roba; cuando pierde el poder destruye. Así funcionan en México para destruir la república.
Por eso en sus mañaneras (otros datos) en México ya no hay pobres; ya no hay huiachicol; ya no hay violencia; ya no hay extorsiones; ni secuestros; los hospitales (ISSSTE, IMSS y Bienestar) funcionan mejor que los hospitales de Dinamarca; No hay fentanilo; ni corrupción, ni nepotismo; ni aumento de la deuda pública; ni carteles; ni desaparecidos; ni Narcoestado,etc.
La mentira corrompe la sociedad y destruye el país, los casos concretos son: la educación, la seguridad, la impartición de justicia, el Tribunal Federal electoral, el INE, las empresas PEMEX, CFE y otras, la Agricultura, la Seguridad Social, Los ahorros y pensiones de los trabajadores.
El caso grave del Sistema de Edcuación Pública con la imposición de la nueva escuela mexicana (puras mentiras) , donde sacan a la ciencias y meten la ideologías cargadas de perversiones, igual con la educación superior donde la mayoria de la universidad publicas y privadas, se deican a implementar la agenda 2030 impuesta por la ONU y dejan la verdad científica a un lado y aún más grave borraron a la ciencias filosóficas de su quehacer cotidiano y esas universidades navegan en el mar del conocimiento sin timón ni capitán.
El gobierno federal es una maquinaria de inventar y decir mentiras, pues es su arma favorita para mantener anestesiado y dormido al pueblo evitando así la resistencia y los reclamos por la destrucción de México.
La solución es hacer realidad la enseñanza cristiana de: "La verdad os hará libres", el veneno para extingir a los mentirosos y demagogos es encumbrar a la Verdad, aunque no sea los políticamente correcto y que individuos atrapados en sus inclinaciones pervertidas se molesten y griten. Usted lector dice la última palabra.