AUTOR: JOSÉ GERD
PAÍS: MÉXICO
Hoy quiero hablar de mis amigos,
de esos trúhanes pintorescos
que aunque no nos frecuentemos
sabemos que a través de la noche
deambulamos descalzos por los sueños.
Hablar de mis amigos con los que compartí mis juegos de primaria,
con los que conversaba y peleaba en secundaria,
aquellos que en las épocas de preparatoria
me invitaban a las "Moreleadas" en su coche
y nos íbamos de rebeldes a mostrar nuestras locuras,
los que en la temporada de Universitarios
me regalaban una pequeña porción de loción
y me prestaban su chamarra para ir con la novia;
esos que compartían conmigo sus ocurrencias, los juegos de fútbol,
de boliche, rock and roll, las “bachitas” de cigarros,
un mucho de su tiempo, sus confidencias, sus tristezas,
su emoción, juegos de dominó, póker
y salidas de ocasión.
Hablar de los amigos de trabajo
dónde las convivencias eran a diario
los cuáles siguen presentes en mi graderío,
de los actuales que chochean igual que yo,
que riman con una cerveza, un plato de jamón degustando un vino,
queso de la región, una buena música, platicando de nuestros ayeres
llorando a veces, apoyándonos sin objeción,
cada uno ha pasado tiempos difíciles de negocio, salud, familia,
de reflexión, sin embargo nos motiva el saludarnos,
el preguntarnos cómo estás, con una mano palmearnos,
con la otra apoyarnos.
Ahora aunque los años pesan y se siente el cansancio
es grande la riqueza de su suave compañía,
querer verlos, que llegue el día que convenimos
para platicar, por ello te doy las gracias amigo
que aunque no nos frecuentemos y mañana ya no estemos
sabemos que en nuestro corazón,
nuestra amistad guardamos...