CARLOTA “N” TOMA JUSTICIA POR SU PROPIA MANO Y EXHIBE A UN GOBIERNO REBASADO EN TODOS LOS ÁMBITOS
Carlota “N”, de 74 años, llegó alrededor de las 4 de la tarde a un domicilio ubicado en el fraccionamiento Ex Hacienda de Guadalupe, acompañada de Eduardo “N” y Mariana “N”. En ese lugar, inició una discusión con integrantes de una familia que acaba de mudarse a dicho inmueble, argumentado que la casa era de su propiedad.
Los ánimos escalaron hasta que, enfurecida, la septuagenaria sacó un arma de fuego y disparó a quemarropa contra Esaú, de 51 años, quien murió en el lugar de los hechos, y dejó mortalmente herido a Jostin de 19 años, quien también sucumbió ante los disparos que cegaron su existencia. Aun hospitalizado se encuentra Christian, de 14 años, también herido por quien las redes bautizaron como la “abuelita sicaria”.
El video, que circula es realmente crudo: mientras Esaú se encontraba realizando trabajos en la parte exterior de la vivienda, Carlota saca un arma del auto en el que ella y sus cómplices llegaron hasta el exterior de la propiedad, y, desde la parte superior, la nuera de Esaú se encuentra grabando con su celular lo que piensa solo se trata de una escaramuza para tratar de amedrentarlos. Sin embargo, en un momento dado la mujer acciona el arma y hiere mortalmente a Esaú, mientras desde arriba se escuchan los gritos de su nuera, y el hombre de 51 años se desvanece en la cochera hasta perder la vida. Su familia trata de intervenir, pero son igualmente balaceados por la agresora.
Carlota “N” y quienes la acompañaban ya fueron detenidos, pero el suceso demuestra la tierra sin ley en que nuestro país se ha convertido. Sabedora de que a través de las leyes poco o nada podría lograr ante quienes afirmó se atrevieron a invadir su propiedad, la “abuelita sicaria” decidió hacerse justicia por su propia mano y cortó dos vidas a balazos.
Carlota muy probablemente sabía que el estado de derecho en México es letra muerta, que quienes se dedican a invadir casas muchas veces pertenecen o se afilian a poderosas organizaciones con nexos políticos que les permiten operar en la impunidad y salirse con la suya sin que autoridad alguna mueva un dedo para garantizar la seguridad de la ciudadanía y su propiedad, el más básico de los derechos en cualquier estado.
De acuerdo con familiares de los fallecidos, y en información recogida por diversos medios, la familia no había invadido el predio, sino que contaba con contrato de arrendamiento, aunque no proporcionaron los documentos que así lo comprobaran. De igual manera, tampoco se ha establecido si la mujer de la tercera edad era legítima propietaria del inmueble.
En todo caso, la tragedia nos demuestra que en México no solo el narco amenaza y asesina, los ciudadanos de a pie también saben y reconocen cuando sus autoridades y gobernantes presumen de falta de capacidad, y cuando el sistema judicial es favorable para quién tiene las conexiones adecuadas o cuenta con los recursos para para pagar por la justicia, pues el nuestro es un sistema diseñado para influyentes y potentados.
Mientras tanto, Carlota “N” sigue en espera de ser procesada y, por su edad, es posible que sea confinada a prisión domiciliaria, aunque esto tendrá que determinarlo la autoridad correspondiente. Pasar el resto de sus días recluida no le devolverá la vida a Esaú ni a Jostin. Es uno de esos casos donde todos salen perdiendo, pues ella perderá su libertad, la casa por la peleó y sus víctimas terminaron perdiendo lo más valioso que tenían: sus vidas.
El caso se volvió tan viral que la ya existe un corrido circulando en redes sociales, de autor desconocido, en el que la letra dice: “En Chalco está dura la cosa, pues si te pasas de listo te dispara la abuela de rosa”. La realidad es que no es solo en Chalco o en el Estado de México, el país entero parece sumido en la violencia y, peor aún, en la total impunidad, y eso lo sabía Carlota, que en un juzgado nadie movería un dedo por ayudarla, y decidió a balazos terminar la historia.
Cuando un estado se ve rebasado en todos los sentidos, y eso lo perciben sus ciudadanos, estos optan por asumir la ley de la selva como la única que cuenta, y de ello nos dan testimonio a diario no solo el caso de Carlota, sino los miles de muertos y desaparecidos que han convertido a nuestro país en un enorme cementerio, lo anterior, como resultado de un gobierno rebasado en todos los ámbitos.