No soy un escritor que le hable bonito al lector. Más bien, escribo así: mírate a través del alma.
Hay infinidad de escritores que tratan a sus lectores de esa manera, haciéndolos sentir bien. Muchos prefieren este tipo de autores, y quizá más las mujeres, a quienes les encanta que les hablen con ternura. Pero esos escritores no solo necesitan un buen libro; también deben conectar con su público.
A mí me dan risa algunos, especialmente los que hablan del universo como si fuera un dios, o los que escriben sobre el éxito como si tuvieran la fórmula mágica.
Cualquier mensaje que venga del corazón es valioso. Yo sigo pensando como mi maestro, quien me decía: si alguien te lee, lograste tu cometido; pero si con tu escrito logras que cambie su forma de ver la vida, ya la hiciste.
Nunca me dijo: escribe y háblale bonito al lector ¡No! La misión del escritor, al menos desde mi punto de vista y como me enseñaron, es hacer reflexionar, cambiar formas de pensar.
Si estos escritores o comunicadores eligen escribir bonito ¡qué bien por ellos!
A veces veo en Twitter a algunos escritores. Los sigo para ver si encuentro una idea para escribir, pero he notado que muchos derraman miel y exageran.
Ese concepto viejísimo de escribir sobre el superhombre o decir que Dios no existe, es un mal mensaje que algunos intentan imponer. El que se dedica a escribir tiene una gran responsabilidad con el lector.