El rectorado de Salvador Hernández Vélez, la UAdeC, fue un verdadero desastre, en todos los aspectos.
Impuesto por Rubén Moreira, el Licenciado en Matemáticas (así aparece en el Registro de Profesiones), Salvador Hernández Vélez, cumplió seis años como Rector, sin pena y sin gloria. No realizó una sola obra de gran calado; no renovó los centros de cómputo de escuelas y facultades, que tienen más de 12 años sin que se les meta mano; no renovó los laboratorios de químicas, ni de las carreras de ingeniería, ni de las escuelas de Comunicación; no hubo equipamiento donde se necesitaba; no desarrolló un Software para proporcionar educación en línea, pese a la cruda experiencia que se vivió en la pandemia de COVID, en definitiva, ¡no hizo nada!
Pero a la hora de dejar el cargo, la Auditoría Superior de la Federación, le encontró inconsistencias, falta de comprobantes de gastos y facturas patito, por un monto de más de 7 mil millones de pesos, mismos que, al final, se redujeron a más de 4 mil Millones.
Y, de pronto, Hernández Vélez, redescubrió Viesca, Coahuila y, para allá, enfiló sus baterías. Junto con Rubén, compró tierras, una casa antigua para Moreira (Salvador ya tenía la suya) y terrenos en la cabecera municipal, en uno de ellos, su hermano, Rodolfo, ya construyó una casona, precisamente, frente al Centro de Investigación y Jardín Etnobiológico (CIJE-UAdeC), del cual, nos vamos a referir ahora.
Para tener un motivo para gastar dinero de la Universidad en el llamado “Pueblo Mágico” de Viesca (que ya fue bajado de categoría, o sea, ya no es considerado “Mágico”, por no reunir las condiciones y características de los otros pueblos que quedan), Hernández Vélez, junto con Rubén Moreira, decidieron hacerlo “Mágico”, para inyectarle dinero y que, a su vez, ellos pudieran invertir en negocios; primero, la explotación minera, para lo cual, Salvador, hizo traer de la Escuela de Minería y de un Centro de Investigaciones mineras, a Doctores en minería y perforación de pozos, mismo que, con todo un séquito de trabajadores de esa región, llegaron a Viesca, cobrando doble salario, el de su lugar de origen y el de una nómina que se hizo para todos los que fueron llevados a Viesca.
Aunque los costos de la instalación del famoso CIJE, fueron guardados herméticamente (hasta la fecha), por Salvador, por las construcciones, mobiliario, equipo, personal, etc., se puede ver, que no fue una bagatela.
Además, el ingenioso, que no es ingeniero, con sus contactos en la CDMX –que los tiene-, les bajó a los del CONACYT, cantidades importantes (que permanecen bajo llave); también les bajó apoyos a PEÑOLES y a Altos Hornos, hasta donde sé.
Sin embargo, el famoso Jardín, no tiene nada de IDEM, porque es un terreno totalmente irregular, en el que se colocaron, sin ton ni son, plantas del desierto, sin un diseño claro y agradable a la vista, donde, además, las plantas del desierto se secan frecuentemente.
Hasta aquí dejaré al famoso CIJE, para enfocarme a la estrecha relación de parentesco, entre Salvador Hernández y el alcalde de Viesca, Jorge Vélez, quien llegó a la presidencia, gracias, entre otros factores, al apoyo de Salvador, desde la primera incursión de Jorge, hace tres años, que, como lo había comentado antes, recibió tanto dinero, que, terminándose el campeonato de futbol en Dubai, se fue a recorrer el viejo mundo, dándose vida de jeque árabe, chistecito, que debió costar, no menos de un millón y medio de pesos.
Pero volviendo a lo que nos ocupa. Resulta que al alcalde morenista, Jorge Vélez, se le ocurrió la flamante idea, de hacer una réplica del jardín del CIJE y, para esto, pidió al personero que dejó Salvador en el CIJE, Carlos Chavarría, que le mandara gente, para que le hicieran un jardín como el del CIJE, y, ni tardo ni perezoso, Chavarría, mando a una cuadrilla de trabajadores para que se pusieran a las órdenes del alcalde.
Por varias semanas anduvieron trabajando los empleados del CIJE en la plaza de Viesca, haciendo los jardines, pero al parecer, ni planos ni trazos les dieron, porque, la cosa es un caos.
Lo cierto, es que, este personal, del CIJE, fue mandado a la plaza a trabajar sin remuneración extra (como Salvador lo hacía con los trabajadores de Rosita, Coahuila, cuando le andaban sacando muestras de minerales y perforando pozos en su rancho, al parecer, con una perforadora de la Universidad).
Lo narrado aquí, se tipifica como un acto de peculado, puesto que se están desviando recursos de la Institución hacia la presidencia de Viesca, sin que haya un convenio de colaboración de por medio, por lo que se tienen que deslindar responsabilidades.
El CIJE, es una carga para la Universidad y, aunque ya se ofrece una ¡MAESTRÍA! Y se van a impartir clases de inglés, ésto, no es sino, una justificación de lo injustificable.