http://enfoqueanaliticosct.blogspot.com
La reforma contra le reelección y el nepotismo quedó aprobada en el senado de la república, solo que con un pequeño, pero significativo detalle, pues según lo planeado, la reforma debía entrar en vigor a partir de las elecciones federales de 2027, sin embargo, al parecer el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) haciendo uso de su poder como partido bisagra en la cámara alta, determinó que esta tuviera efectos a partir de 2030, situación que a todas luces busca beneficiar a algunos senadores que buscarán la gubernatura de sus respectivos Estados en los cuales actualmente gobiernan familiares directos. Vamos directo al grano; los señalados son la senadora del PVEM, Ruth González, quien es la esposa del actual gobernador de San Luis Potosí y que en 2027 deberá dejar el cargo por el que suspira la senadora, es por ello que la reforma no les conviene hasta pasadas las elecciones; lo mismo sucede con los senadores morenistas Félix Salgado Macedonio, padre de la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, y Saúl Monreal, hermano del actual gobernador de Zacatecas, quienes también han manifestado sus intenciones de suceder a sus familiares directos y que sustentan sus pretensiones en que el pueblo los aclama y por ello la reforma debe iniciar en sus efectos hacia 2030. Vaya jugada y descaro por parte de estos legisladores, y para colmo, resulta absurdo el llamado de la presidenta Claudia Sheinbaum que pide a los morenistas que ¡desde ya! se sumen al espíritu de la reforma que tenía la intención de entrar en vigor en 2027, es decir, que apoyen una buena intención y dejen de lado la legalidad hecha a modo para beneficiar a unos cuantos. Absurdo porque quienes han logrado modificar la vigencia de la reforma difícilmente harán caso al llamado de la presidenta de honrar a un espíritu que parece ir en contra de sus propios intereses. En lo personal la reforma me parece apropiada en el tema del nepotismo, no así en el tema de la reelección, ya que ha quedado claro que una mala gestión puede ser castigada por un pueblo que reprueba el quehacer de su gobernante, y aunque al final se establecerán los lineamientos para eliminar el nepotismo de nuestro sistema político, reforzando mecanismos de fiscalización y sanciones para quienes intenten evadir la norma mediante candidaturas indirectas o pactos políticos, la realidad es que en estos momentos las aspiraciones de estos legisladores que más bien es ambición, queda de manifiesto con este pusilánime escenario de postergación de entrada en vigencia que dejaba buen sabor de boca hacia el actual gobierno. Ya solo nos queda esperar a que de buena fe estos senadores se sumen al respeto espiritual que solicita la presidenta y que dejen de lado sus pretensiones de poder, aunque la ley les permita registrarse y competir en los comicios de 2027 en que, por cierto, habrán de renovarse 16 gubernaturas, las 500 curules de la cámara de diputados y el segundo proceso de reforma al poder judicial. Esperemos, entonces, un acto de sumisión espiritual por encima de la legalidad.